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Sé que he mencionado la validación externa algunas veces, pero siento que este tema necesita un post completo. Todo el mundo siempre está buscando validación externa y tiene sentido cuando lo piensas bien. Cuando somos bebés, buscamos atención porque necesitamos ayuda para satisfacer nuestras necesidades básicas. Lloramos cuando tenemos hambre y nos alimentan. Lloramos cuando necesitamos un cambio de pañal, y nos limpian y cambian. Lloramos por cualquier cosa que necesitemos, y la mayoría de las veces lo conseguimos de inmediato. Por lo tanto, el llanto se convierte en parte de nuestra naturaleza y nuestra manera de llamar la atención.
A medida que crecemos y nos volvemos más independientes, nuestros cuidadores se convierten en nuestros mas grandes fans. Celebran nuestros logros y nos empujan a mejorar continuamente en todo lo que aprendemos. Cuando llega el momento de aprender a caminar, por ejemplo, nuestros primeros pasos son un gran logro, y por lo general nos emocionamos mucho con toda la atención y celebración que generan estos pasos. Esta reacción es el común denominador para todas las cosas nuevas que aprendemos. Por lo tanto, nos volvemos adictos a la maravillosa sensación que nos genera la validación externa. Nos encanta ver a otros mostrar emoción por nuestros logros, y buscamos ese sentimiento regularmente.
La validación externa en las primeras etapas de nuestras vidas es absolutamente necesaria porque es la forma más efectiva de motivarnos a progresar al siguiente nivel. ¿Te imaginas lo triste que sería para un niño pequeño comenzar a caminar sin nadie que lo celebre? Alegrar a otras personas por nosotros es una sensación maravillosa. Sin embargo, si solo nos centramos en la validación externa como nuestro medio de motivación, se vuelve problemático.
Nota: Para aclarar, no estoy diciendo que los padres no deban celebrar todos los logros de los niños. Como mencioné antes, la validación externa es una necesidad hasta cierto punto.
¿Sabes por qué las redes sociales se volvieron tan poderosas y populares en nuestras vidas? La respuesta es muy sencilla. Todos somos adictos a la validación externa, que es exactamente lo que proporcionan las redes sociales. Vivimos en un mundo donde nuestro número de “seguidores” o “me gusta” se han vuelto más importantes que los valores y principios para muchas personas. Lo sé, lo sé… Me parezco una anciana quejándose de “los niños hoy”, pero creo que es un poco loco ver a la gente midiendo el éxito de otras personas por el número de “me gusta”que obtienen por una foto, o aún peor, pagando para obtener más “me gusta”. ‘ ¿Qué?
Obviamente, somos adictos a la validación externa. Algunas personas son adictas a un nivel más profundo, pero la mayoría de nosotros caemos en esa adicción de vez en cuando. Es posible que te estés preguntando: “¿Aja pero y cuál es el problema con eso? ¡Deja a la gente vivir, Irene!”. Ten la seguridad de que no estoy atacando a nadie ni diciendo que las redes sociales deberían prohibirse. ¡Yo también busco por validación externa! Pero estoy aprendiendo poco a poco a ser menos dependiente de ella. Cuanto más leo y practico la meditación, más claramente entiendo que cualquier impulso controlado por mi ego no me ayuda a vivir una vida más feliz. No me gusta lo que siento cuando dejo que mi ego domine el show, y la validación externa es uno de los principales alimentos del ego. ¿No me crees? Ok! Hagamos un ejercicio.
Por un minuto, deja tu ego totalmente a un lado. Sé tú sin el ego. Ahora imagina que has logrado un objetivo importante. Digamos que trabajaste en un proyecto durante un mes, finalmente lo conseguiste, y salió bien. Sin ego, ¿seguirías sintiéndote feliz y orgulloso/a de ti mismo/a si nadie te dijera nada al respecto o celebrara contigo? Si realmente dejas el ego a un lado, estoy 99.9% segura de que te sentirías orgulloso/a de ti mismo/a, independientemente del reconocimiento de otras personas.
Cuando otras personas nos celebran se siente encantador, por supuesto, pero mi punto principal es que todos somos totalmente capaces de lograr grandes cosas y convertirnos en mejores seres humanos, incluso sin validación externa. Nuestra grandeza viene de dentro, y la paradoja es que cuando dejamos de buscar la validación de los demás para ayudarnos a ser grandiosos, nos volvemos aún mas exitosos.
¿Por qué estoy hablando de validación externa en un blog de divorcio? Bueno, además de mi teoría del IG (gen de la infidelidad), creo firmemente que la validación externa es la fuerza que impulsa a las personas con tendencias a la infidelidad. Cuando se sienten inseguros, necesitan agregar otras personas a sus vidas que proporcionen la validación que no encuentran internamente. En otras palabras, los infieles necesitan otras personas para sentirse seguros de sí mismos. Por supuesto, la validación externa no es la única razón por la que alguien seria infiel, pero definitivamente es un impulso para las personas que tienen el gen de la infidelidad.
La conexión social es una hermosa necesidad, y hace que nuestras vidas sean más coloridas. Sin embargo, tenemos que dejar de mezclar nuestra necesidad de conexión social con nuestra adicción a la validación externa. Logra las cosas que deseas porque te hacen sentir bien, orgulloso y feliz A TI, no para que la gente te aplauda. Como siempre digo, no tenemos control sobre las reacciones y perspectivas de otras personas, así que ¿por qué desperdiciaríamos nuestra hermosa energía esperando y queriendo que otros celebren nuestras victorias?
No puedo enfatizar esto lo suficiente, mis amigos: todo lo que necesitas para vivir una vida feliz y plena viene de dentro de ti. Coloca tu mano sobre tu corazón y encontrarás el amor de Dios completamente disponible para ti. Él siempre te está animando y celebrando desde allí. Por lo tanto,¡sigue siendo genial independientemente de cuántos ‘me gusta’ obtengas por hacerlo! 😉
Con amor,
Irene