This post is also available in: English (Inglés)
Quería escribir sobre un tema chevere hoy. Por lo general, cuando me siento aquí para escribir mi publicación semanal, la idea principal ya está nadando con otro millón de pensamientos en mi mente. Ese fue el caso esta semana. Estaba lista para escribir sobre algo que había estado estructurando en mi mente desde la semana pasada, y era un chequeo de realidad sobre un tema positivo.
Pero me senté y no pude hacerlo porque me duele el corazón. Siento que muchos de nuestros corazones están dolidos en este momento. Por lo general, no traigo noticias negativas a este espacio porque mi objetivo aquí es hacer mi contribución a la creación de un mundo más empático y positivo a través de mi escritura. Sin embargo, no puedo quedarme callada y fingir que no pasó nada cuando un tiroteo masivo cobró la vida de 21 personas inocentes, 19 de ellas niños.
Mis oraciones de esta mañana (y honestamente de cada momento que esto viene a mi mente) fueron enviadas a cada alma involucrada en este horrible tiroteo. No sé qué más hacer. Hablo con Dios porque sé que Él siempre está ahí para nosotros. Sé que Él ha recibido a todas esas preciosas almas con los brazos abiertos, y sé que ellos están jugando felizmente en el cielo en este momento. Pero a pesar que sé que están en el cielo, mi corazón todavía está dolido.
El acceso aterradoramente fácil a las armas no es correcto. Sé que las personas malas con malas intenciones siempre encontrarán una manera de hacer daño, pero no tiene ningún sentido lo fácil que lo tienen. Como mi novio me acaba de decir: “Es más difícil comprar antibióticos que armas en este país”. Si lo piensas, esa es la realidad que estamos viviendo.
¿Qué puedo hacer? Siento una frustración en mis huesos, y estoy tratando de enfrentar esa frustración con amabilidad para que no tome más espacio dentro de mi. Pero es un desafío mantener la calma en estas circunstancias. Quiero ayudar, pero no sé cómo. Así que sigo orando. En mi opinión, después de cada tiroteo masivo, las cicatrices de nuestras almas se hacen más grandes. ¿Cómo podemos enviar a nuestros hijos a la escuela sin sentir miedo? En realidad, ¿cómo podemos ir a cualquier parte sin sentir miedo?
En mi humilde comprensión de las enmiendas de la constitución, la segunda se agregó para proteger al país y a sus ciudadanos al darles el derecho a tener y portar armas. En otras palabras, no sólo la milicia tiene derecho a poseer armas, sino que los individuos deben tener el mismo derecho en caso de que la milicia intente oprimir al pueblo. Tiene sentido, ¿verdad? Aún así, siempre me he preguntado qué sucede cuando no es la milicia la que está oprimiendo a la gente, sino la gente que está abusando de sus derechos de la Segunda Enmienda al tomar vidas inocentes. ¿Cuántos tiroteos masivos deben ocurrir para persuadirnos de revisar esa enmienda? No estoy diciendo que se deba eliminar el derecho, pero realmente necesitamos hacerle bien difícil a las manzanas podridas que tengan acceso a herramientas tan letales.
Sé que esta es una discusión política que se ha debatido durante años, y sé que la política está sucia y un millón de otros temas están enredados en este. Pero tengo derecho a sostener y expresar mi opinión independientemente de la charla política. Por lo tanto, seguiré diciendo que la Segunda Enmienda necesita ser revisada hasta que finalmente veamos algunos cambios drásticos.
Mientras tanto, he decidido seguirme aferrando a los beneficios de la oración y la meditación. Necesitamos estar cerca de Dios, para que nos sintamos protegidos por Él en todo momento, y necesitamos entender cómo funcionan nuestras mentes, para que podamos usarlas para servirnos y no al revés. Cuanto más oro, más me mantengo conectada con Dios, y no siento miedo cuando estamos juntos. Cuanto más medito, más entiendo mi ansiedad y más tranquila puedo permanecer.
No tengo control sobre lo que sucede externamente; incluso cuando no me gusta ese hecho, tengo que entender que es la realidad. Me duele el corazón porque soy humana. No me gusta ver a otros sufriendo, y no me gusta ver a los niños en ningún otro estado que no sea la felicidad pura. Voy a dejar que mi corazón siga doliendo todo el tiempo que sea necesario, y seguiré prestándole atención para comunicarme con Dios desde allí. Estas son mis sugerencias para ti, si tu corazón también está dolido.
Sigamos siendo humanos amigos míos. Unámonos a través de tragedias, para que podamos dividir el dolor para disminuirlo. Pero lo más importante, mantengamos a Dios realmente cerca, para que Sus abrazos puedan sanar nuestros corazones de todo dolor.
A todas las familias, amigos y personas asociadas con la escuela primaria Robb en Uvalde, Texas ¡les envío a todos mi más profundo amor y mis más fervientes oraciones! ❤️ ❤️
Con amor,
Irene