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Bueno.. Acabo de cumplir 39 años. Yay! 😊 Un año más y voy a tener 40! Y si, de verdad estoy feliz por eso y digo ‘¡yay!’
Me siento orgullosa de mi edad. ¡De verdad! Me siento tan diferente a 10 años atrás. Estaba tan asustada cuando cumplí 29 años … Recuerdo que lloré todo el año. No estoy segura de cuántas personas pueden identificarse con esto, pero dejar atrás los años 20 fue un shock emocional para mí.
Es bastante normal reflexionar sobre nuestras vidas cuando cumplimos años. Bueno, al menos es normal para mí. Pero este año he estado pensando mucho en mi vida hace 10 años, y creo que ahora entiendo la razón por la que estaba tan asustada y frustrada cuando cumplí 29 años. No lo entendía en ese momento, así que lloré y culpé a los números por mi frustración.
La razón por la que estaba tan frustrada en ese entonces era por que estaba empezando prácticamente de cero. Me mudé a este hermoso país cuando tenía 28 años. A los 29 años, vivía con mi madre, estaba comenzando a estudiar otra vez, y tenia tres trabajos diferentes para poder sustentarme. Por favor, no me malinterpreten: no estoy diciendo alguna de esas cosas fueran malas. Estaba mas que bendecida por tener todas las oportunidades que tuve. El tema con el que estaba luchando internamente era la sensación de empezar de nuevo.
Veía a muchos de mis amigos (los que tenían mi edad) casarse, tener bebés y con empleos maravillosos. Todo lo que solía pensar en ese entonces era que estaba muy lejos de todas esas cosas. A los 29 años, sentí que estaba exactamente en la misma situación en la que había estado a los 19, así que me sentí como un fracaso, como si hubiera desperdiciado 10 años y entraría en mis 30 como una fracasada. Esa fue mi batalla interna, aunque no la entendí en ese momento. Todo lo que sabía era que no quería cumplir 30 años.
Sí… esa era la vieja Irene. (En realidad como que tiene más sentido llamarme ‘vieja Irene’ ahora, ¿verdad?) 🤪 De todos modos, me refiero es a mi vieja forma de pensar. Solía tener enormes batallas internas que me hacían sentir tan frustrada porque no sabía lo que realmente estaba pasando dentro de mí. Simplemente estaba perdida en el no darme cuenta. Obviamente, no puedo volver atrás y recuperar todo el tiempo que pasé llorando porque iba a cumplir 30 años, y en realidad creo que eso era exactamente lo que tenía que suceder, para así poder reflexionar sobre ello hoy.
Quería compartir eso con ustedes, para que puedan ver mi reflexión de cumpleaños con más claridad. Tuve que pasar por tantas cosas entre los 29 y los 39 años que siento que ha pasado más de una década. O tal vez simplemente he aprendido tanto sobre mí misma que finalmente soy capaz de entender algunas de mis reacciones y mis batallas internas desde un lugar de amor. Para ser completamente honesta con ustedes, siento que finalmente comencé a conocerme a mí misma recientemente. En realidad, es un verdadero placer envejecer cuando puedes sentirte que estas creciendo.
Recuerdo que mi abuela María siempre decía: “Envejecer no se trata solo de las canas y las arrugas; se trata de la sabiduría”. Cuando tenía 20 años, no entendía a qué sabiduría se refería. Como la mayoría de las personas a los 20 años, pensé que ya lo sabía todo. No entendía qué más se suponía que debía saber si ya lo sabía todo. ¡Oh, los dulces 20! Qué arrogantes somos a esa edad. 😅
Envejecer es una hermosa experiencia cuando dejamos que la vida y Dios nos enseñe nuestras lecciones. Y por favor, tenga en cuenta que estoy muy lejos de ser una persona sabia. Todo lo que sé es que necesito seguir aprendiendo … ¡Mucho! Pero estoy muy agradecida de haber empezado a ser más consciente. Me encanta el hecho de estar trabajando para conocerme mejor. Ser consciente de mis pensamientos y reacciones me ayuda a ser un mejor ser humano cada día para mí y para los que me rodean.
Si me preguntaras, “¿Cual es la mayor lección que has aprendido en los últimos 10 años?” esto es lo que tendría para ti:
La realidad en la que vivo es un reflejo de los pensamientos que pienso. Mi mente no es mi enemiga. Por el contrario, es mi herramienta más increíble cuando aprendo a entenderla y a trabajar con ella. Estar consciente es la única manera en que puedo llegar a entender mi mente. ¿Cómo me vuelvo mas consciente? Tengo una palabra para ti: meditación.
Sí, el mejor regalo y lección que puedo compartir con ustedes en mi cumpleaños número 39 en una palabra es ‘meditación‘.
No estoy llorando este año porque tendré 40 años el año que viene, mis amigos. ¡Lo prometo! Estoy muy emocionada de ver cuánto puedo crecer en los próximos diez años. Estoy feliz porque sé que Dios me está guiando ahora de la misma manera que Él me ha guiado siempre. Estoy más agradecida por el maravilloso honor que tengo de compartir mis reflexiones con todos ustedes cada semana. Me encantaría escuchar sus reflexiones de cumpleaños o tal vez sus reflexiones de la vida, para poder aprender un poco desde sus perspectivas.
Con amor,
Irene