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Tener una mente loca de control es un gran desafío en todos los sentidos. Lo sé porque tengo una. He mencionado esta tendencia propia antes, tal vez más veces de las que te estabas esperando. Todavía no entiendo qué hace que algunos de nosotros seamos controladores obsesivos, pero sé que una vez que descubrimos que somos así, nuestra batalla interna se vuelve mucho más intensa. Por mi experiencia, puedo decirte que no me gusta querer tener control sobre todo. De hecho, es agotador porque, bueno, la vida tiene su propia forma muy particular y hermosa de demostrar que no podemos controlarla.
He estado experimentando una gran batalla mental estas últimas semanas. Y por favor, no me malinterpretes; ¡Sigo pensando que la vida es hermosa, y sigo usando mis gafas de color rosa! Mi batalla actual es en contra de esa parte de mi mente que quiere tener control absoluto sobre todo. Cuando hablé sobre el efecto abrumador de la autoayuda la semana pasada, me di cuenta de que estaba experimentando una serie de contradicciones en mi jornada para mejorarme a mi misma como persona. No tengo respuestas claras a todas esas contradicciones; Sólo quiero compartir lo que estoy experimentando, para así dejarte saber que tanto tú como yo no estamos solos.
Creo en mí misma. Creo totalmente que tengo un potencial ilimitado para conseguir y hacer lo que me fijo en mi mente. Me he demostrado a mí misma que soy perfectamente capaz de superar, crecer, sanar, aprender, levantarme y reconstruirme. Pero como creo en mí misma de esta manera, también exijo mucho de mí. Sé que tengo el potencial, así que soy el entrenador más desagradable en el mundo conmigo misma cuando me estoy exigiendo un resultado. La contradicción más grande que estoy viviendo actualmente es que la meditación me sigue enseñando que tengo que ser amable conmigo misma y aceptar mis luchas como son, así que estoy haciendo un esfuerzo para aprender el hermoso arte de dejar que los resultados y las expectativas fluyan. Pero al mismo tiempo, quiero que mi potencial ilimitado se desarrolle, y mi mente controladora se mete en el camino.
Es una gran contradicción intentar dejar que los resultados y las expectativas fluyan cuando también quieres lograr grandes cosas. Y soy mi propia competencia y mi juez más critica. Quiero ser tan compasiva como pueda ser hacia mí misma, pero también quiero demostrarme que puedo manejar y lograr todo. Sí, esta es una gran batalla, y estoy justo en el medio de ella. Decir que tengo una respuesta o incluso algún consejo sobre este asunto sería una mentira porque en realidad estoy luchando contra este tema al mismo tiempo que escribo. Así que, déjenme decirles la forma en que estoy luchando contra esta contradicción sin siquiera saber si mis métodos funcionarán todavía.
Incluso con mis prácticas diarias de meditación y todo el trabajo que hago para ser mejor cada día, me encuentro luchando con mi mente más a menudo de lo que me gustaría. Pero estoy increíblemente agradecida de tener mi terapia de escritura, así que me escribí una carta. En esa carta, me dije todo lo que pensaba que estaba haciendo mal. Fue un gran ejercicio, a pesar de que me sentí un poco avergonzada por algunas acciones y reacciones que he tenido últimamente, porque pude ver los puntos más bajos de mi propia mente. Acabo de leer la carta en voz alta en el medio de intentar terminar este articulo, y veo que he sido muy desagradable conmigo. Ese entrenador antipatico que tengo en mi interior ha estado usando críticas negativas muy duras para “empujarme” a “lograr” más. Veo a todos los demás y al mundo a través de gafas de color rosa, pero no las estoy usando para verme internamente. Soy capaz de encontrar todo lo que es bueno en los demás, pero no reconozco lo que es bueno dentro de mí.
Leer esta carta me ha hecho darme cuenta de que tengo una cicatriz profunda. Me culpo por un “retroceso” en mi progreso. Me juzgo a mí misma porque me caí en las escaleras. Estoy peleando con mi mente porque quiero controlar cuándo mi tobillo estará completamente curado. Estoy luchando contra mi mente porque quiero ser compasiva conmigo misma, pero siento que si me vuelvo muy suave entonces no seré capaz de lograr tanto como me gustaría. Estoy peleando porque quiero que el entrenador duro dentro de mi mente me ayude a ir al siguiente nivel en cada aspecto de mi vida, pero sé que la crítica tan negativa no me llevará a ninguna parte. Ves, te lo dije, esto es una gran contradicción.
Lo bueno es que poner mi batalla aquí en palabras es una gran manera de hacerla más débil. Dejarlo en mi cabeza hace que se sienta como un monstruo indomable, pero verlo aquí me hace darme cuenta de que es sólo una nube oscura. ¿Y qué pasa con las nubes oscuras? ¡Siempre pasan!
Soy realmente un trabajo en progreso. ¡Todos lo somos! Creo totalmente en mi potencial ilimitado. Tengo tantas cosas buenas dentro de mí que me hacen sentir orgullosa. Y yo sé que ese entrenador antipatico dentro de mi mente aparecerá de vez en cuando, pero seguiré trabajando en mi conciencia para poder identificar cuando mi crítica negativa se salga de control.
Como dije antes, no tengo una respuesta sólida. No puedo decirte si mi músculo de conciencia será lo suficientemente fuerte en algún momento para simplemente no tener que pelear estas batallas, probablemente no. Pero lo único de lo que estoy segura es que al ser capaz de identificar cuando estoy dentro de una nube oscura me ayudará a entender que pasará. Tengo fe en mí y en ti.
Con amor,
Irene