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Qué hermosa palabra para completar la última parte de la ecuación de relaciones saludables. Si no tienes idea de a qué ecuación me refiero, y tienes algún tiempo, revisa mis dos publicaciones anteriores. Si no tienes tiempo hoy, no hay problema, te daré un resumen. He estado analizando cuál es el “secreto” que nos permite a mí y a mi ex esposo disfrutar de una amistad saludable después de nuestro divorcio. Después de todo, no hacemos nada extraordinario, ni tenemos habilidades diferentes a las de los demás. Mi conclusión es que el secreto es una ecuación simple:
Empatía + Integridad + Respeto = Una amistad saludable después del divorcio
(Por cierto, esta ecuación funciona para cualquier tipo de relación.)
En mis dos publicaciones anteriores, hablé de las dos primeras partes de la ecuación. Hoy quiero completar la misma presentando al rey de la ecuación: el respeto. Antes de sumergirme en este tema, ¿te gustaría saber algo muy tonto sobre mí? Algunas imágenes siempre vienen a mi mente cada vez que digo, oigo o leo ciertas palabras. Por ejemplo, mi imagen de la palabra “respeto”es Mufasa. ¡sí! ¡Lo leíste bien! Mufasa – El padre de Simba en la película El Rey León. Lo sé, ¡tonto! ¡Pero dime si no! El es tan valiente y sabio al mismo tiempo. Aprendí de él que ser valiente no significa que vayas en busca de problemas. En cambio, debemos reservar nuestra valentía para aquellos momentos que requieren que seamos fuertes. 🦁
El respeto es definitivamente el rey de la ecuación. Mueve y controla las otras dos partes porque sin respeto, no pudiéramos sentir los otros dos elementos en absoluto. ¿Pero qué es el respeto? Bueno, esta palabra tiene muchas definiciones, pero voy a hacer referencia a la más relacionada con lo que sigo practicando dentro de mi amistad con mi ex esposo. Cambridge Diccionario dice que el respeto es “aceptar la importancia de los derechos o costumbres de alguien y no hacer nada que los dañe o cause ofensa”. Básicamente, esta definición significa que nunca haría nada para lastimar o ofender a mi ex esposo a propósito.
¿Por qué agrego “a propósito” al final de esa oración? Simplemente porque como he mencionado antes, la perspectiva es algo muy delicado. A veces lastimamos a las personas con acciones que son absolutamente correctas de acuerdo con nuestra propia forma de ver las cosas, pero aquellos a los que lastimamos podrían no compartir la misma filosofía. Así que, en resumen, el respeto significa tener cuidado conscientemente de los sentimientos de las demás personas. Sé que este concepto es más fácil de entender con un ejemplo, así que vamonos.
La primera vez que descubrí que mi esposo me estaba engañando fue porque vi el mismo número de teléfono varias veces en nuestra factura de teléfono. Me pareció raro, así que agregué el número a mis contactos. Utilizamos una aplicación llamada WhatsApp para comunicarnos con nuestra familia en otros países, y esa aplicación te da la opción de añadir una imagen a tu perfil. Cuando agregué el número misterioso, apareció la foto del perfil de WhatsApp, y era nada mas y nada menos que mi adorable esposo con una mujer. Era un tipo de foto de esas de “pareja feliz”. No hace falta decir, que esa no fue una buena experiencia! Me dolió mucho. Estaba enojada, super molesta, decepcionada y todo lo demás. El me dijo todo tipo de cosas para tratar de explicarlo, pero ninguna de ellas tenía ningún sentido.
Cuando nos lastiman, nuestras mentes hacen todo lo posible para protegernos, lo que significa que pensamos demasiado. Añadimos más y más combustible al fuego, y seguimos bajando en espiral. Siento que este es un método muy extraño de “protección”, pero nuestras mentes son misteriosas así. Al día siguiente de encontrar esa foto, estaba sufriendo tanto dolor emocional que mi mundo estaba completamente negro. Mi positivismo habitual desapareció completamente de mi mapa mental. Abrí Facebook y miré el perfil de mi esposo por un tiempo. El era muy cuidadoso con sus redes sociales. Así que, por un momento pensé en escribir lo que estaba sintiendo allí mismo en su perfil público. No quería ser la único que se sintiera tan mal. Por un instante, quería que el se sintiera mal también. Quería exponerlo… para avergonzarlo. ¡Qué lugar tan horrible para estar mentalmente!
Pero luego salí de esto. Mi yo racional tomó el control, y viniendo de un lugar profundo de amor, pensé: “Si hago algo para que se sienta mal, sólo me hundiré a su nivel. Si no me respeta, eso es un problema de él. No puedo faltarle el respeto a alguien porque me falto el respeto a mi. Eso es hacer lo mismo que están haciendo, y yo soy mejor que eso”. Hacer algo para que se sintiera mal en ese momento habría sido simple y llanamente una venganza : “Me lastimaste, así que te lastimo. ” Una vez que comienzas ese ciclo, nunca termina. Si atacas a alguien porque te fallo, desciendes a su nivel, excepto que tal vez sea aún peor porque lo estás haciendo intencionalmente.
Lamentablemente, esa no fue la única vez que me pasó algo así, pero nunca dejé que nada de eso cambiara de opinión en torno al respeto que tengo por él. Nunca lo lastimé a propósito. Siempre trato de mantener mi respeto al más alto nivel. Para que no pienses que es unilateral, te puedo decir que si le preguntas a el, te diría que después de todo lo que pasamos, no puede hacer otra cosa que respetarme de vuelta. Me ha dicho en más de una ocasión que aprendió el verdadero significado del respeto gracias a mí.
¡Te dije que el respeto es el rey! Cuando sientas que estás a punto de perderlo porque alguien te ha faltado el respeto, recuerda que hacer lo mismo sólo te llevará a su nivel, y una vez que llegues allí al lodo con ellos, no puedes volver a tu nivel y seguir limpio. Realmente creo que eres mucho mejor que eso. ¡Respeten a los demás por el hecho que se aman lo suficiente, amigos míos! No dejes que nada ni nadie te lleve hacia abajo ni siquiera un milimetro. ¡Sé fuerte y sabio, como Mufasa!
Con amor,
Irene