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Esta es la pregunta más común que recibo. Y yo me hice esa misma pregunta un millón de veces. Lo curioso es que en este momento no sé cuándo me lo pregunté mas, cuándo vivía en una relación infeliz, o cuando estaba al principio del proceso de divorcio. Es extraño, porque tomé la decisión de divorciarme para poner fin a una situación muy dolorosa, pero por un momento el remedio se sintió peor que la enfermedad.
Cuando pasamos por una situación difícil, centramos toda nuestra atención en ese problema en particular. Centramos tanto nuestra energía en el dolor que es realmente difícil separarnos de el. Es difícil lidiar con dolor emocional . Ninguna píldora puede aliviarlo, y es tan intenso que a veces parece imposible dejar de pensar en ello.
La fea realidad es que el dolor emocional que enfrentamos en situaciones difíciles como el divorcio no desaparece mágicamente. Lo sé, lo sé, seguramente esperabas que te diera un truco secreto para hacerlo desaparecer. Pero por eso comencé la frase diciendo que era una fea realidad. Sin embargo, no te desanimes todavía. A pesar que no hay ninguna píldora mágica o truco, el dolor emocional que sientes tan intensamente tiene un propósito. No te lo enviaron por error. Te fue enviado para enseñarte algo y hacerte crecer.
Voy a ser brutalmente honesta sobre una situación por la que pasé unos meses después de iniciar mi proceso de divorcio. Esto no es fácil de escribir, se siente similar a quitarme toda la ropa en un estadio lleno de gente, pero realmente quiero que sepas que no importa lo profundo que sea tu dolor, lo superarás y sabrás que su propósito era hacerte más fuerte.
Como he dicho antes, el proceso de divorcio está lleno de altibajos. Un día estás absolutamente seguro de tu decisión, y al día siguiente te encuentras buscando terapia de pareja en Internet. Eso es normal. Un par de meses después de comenzar el proceso legal, me sentía triste y revisando Instagram (una combinación realmente mala), y vi una historia que mi futuro ex esposo habia publicado. Estaba en el restaurante donde me dio mi anillo de compromiso… con una mujer. Y habían añadido un corazoncito a la imagen de la historia (esto fue antes de que yo decidir tomar unas vacaciones de desplazarme a través de las redes sociales). Me sentí horrible. A pesar que yo sabía que él era ese tipo de alma libre que realmente disfruta de la compañía femenina, estaba devastada. Empecé a llamarlo, y por supuesto que no respondió.
Estaba muy herida. Lloré y grité de ira y decepción. No puedo decirte por qué esa foto en particular me dolió tanto cuando pasé por cosas mucho más horribles mientras aún estaba casada. Pero me golpeó. Tenía un dolor emocional tan profundo y fuerte que literalmente me golpeé físicamente para ver si ese dolor superaría el dolor emocional. Terminé con muchos moretones en las piernas y el abdomen. No estoy orgullosa de lo que hice, y esa fue la primera y última vez que hacia algo así. Estoy siendo brutalmente honesta porque todos tenemos ese momento cuando llegamos al fondo y reaccionamos de maneras que no tienen ningún sentido.
El dolor físico no ayudó en absoluto, pero sentirme tan terriblemente avergonzada de mí misma me sacó del fondo de ese hueco oscuro en donde estaba. Me prometí a mí misma que nunca dejaría que ninguna situación externa me hiciera perder el control de nuevo. Durante el tiempo que tuve los moretones, les dejé recordarme que necesitaba sanar de adentro hacia afuera. Le pedí a Dios que me perdonara y que me guiara durante el proceso de curación. Confié en Dios de una manera tan fuerte que para cuando desaparecieron los moretones, pude hacer algo por mi ex-marido que hasta el día de hoy creo que es lo más desinteresado que he hecho en mi vida. Pero te contaré esa historia en un articulo posterior.
¡Por favor, no te vayas a maltratar físicamente! Eso no fue divertido, y no estoy orgullosa de ello. Sólo quería hacerte ver hasta dónde puede llevarnos el dolor cuando dejamos que domine el juego. Desearía haber conocido la meditación en ese entonces de la forma en que la practico hoy. Me habría salvado de ese horrible momento. Esta es la razón por la que escribo ahora: quiero que sepan que pueden utilizar muchas herramientas para transformar un proceso doloroso en una experiencia de crecimiento personal. No necesitas convertirte en un experto en meditación. Sólo tienes que estar abierto a trabajar tu músculo de conciencia.
Entonces, para responder a la pregunta sobre cómo detener el dolor… no lo detendrás. Sanarás a través de el, y crecerás a partir de el. Ahora lo único que puedes controlar es la cantidad de tiempo que dejas que el dolor te domine. Ese período de tiempo se basará en lo bien que trabajes en tu músculo de conciencia. Cuanto más consciente seas, menos te controlará el dolor. Depende de ti decidir que quieres tener el control.
Con amor,
Irene
Adelia says
Son situaciones muy intensas que pareciera que no hay escapatoria solo quieres morir y no ves más allá de un presente doloroso pero llega un día que agarras fuerza y que te dices a ti misma que mereces una vida feliz que tu vida continua y a pesar d que muchas personas te puedan llegar a criticar eso no te llega a importar tu vida te pertenece y tu decides ser feliz, habrá días q recaerás pero eso solo sucederá por un momento, la vida sigue y es bella Dios siempre tiene un propósito y hay q confiar en ello, siempre pienso que las cosas negativas pasan por alguna cosa positiva!
odontoire says
Asi es!!! Siempre esa luz esta ahi esperando que abramos los ojos y la dejemos entrar! Dios no nos da ninguna batalla para la cual no estemos preparados. Todo es ganancia! Siempre se aprende y siempre se crece cuando queremos!!