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Seamos claros: la vida nos golpea a todos en la cara más a menudo de lo quenos gustaría, y la mayoría de las veces no estamos preparados para el golpe. Son tantas las situaciones y escenarios externos que están completamente fuera de nuestro control que no podemos evitar lastimarnos de vez en cuando. Lo más importante es cómo manejamos nuestras reacciones a los golpes de la vida.
Los golpes en la cara de la vida son diferentes para cada uno de nosotros porque, bueno, una vez más todo se reduce a la perspectiva. Lo que puede ser una situación difícil para mí puede ser pan comido para ti, y así sucesivamente. Lo que es similar, sin embargo, es el dolor asociado con esos momentos en que nos golpean sin previo aviso. Si vuelves atrás y analizas los momentos más difíciles de tu vida, esos momentos en los que sentías que la vida era un boxeador de peso pesado que te golpeaba justo en la nariz, ¿eres capaz de recrear el dolor? ¡Apuesto a que sí! Bueno, al menos un poco.
Cuando vuelvo al momento en que tuve un aborto espontáneo, todavía puedo sentir el dolor en mi corazón. También puedo sentir algo de miedo cuando recuerdo la vez que un ladrón me apunto una pistola en mi cabeza todo el tiempo que estuvo robando mi casa. Sé que estos son ejemplos extremos, pero como todo se trata de perspectiva, siento que hacen que mi punto sea mejor que las situaciones más comunes. Por supuesto que no pasamos por situaciones extremas todos los días, y debemos estar agradecidos por eso. Pero claramente tenemos desafíos diarios que pueden poner a prueba nuestras habilidades para mantener en alto nuestro nivel de paz interior.
Estaba en mi clase de yoga hace unos días, y cuando estábamos a punto de terminar la clase, nuestra hermosa maestra nos dijo: “No importa lo que suceda hoy; hagan el compromiso de ser mejores, no amargados”. Esa frase se fijó en mi cerebro. Suena tan simple y hermoso que practiqué el mantra durante todo el día e hice un compromiso conmigo misma de usarlo por siempre. Así fue como me inspiré para escribir mi publicación de hoy. Esta es una práctica tan hermosa que siento que necesito compartirla con tantas personas como sea posible.
Ahora, por supuesto, es fácil ser mejor cuando la vida va bien. Cuando todo va bien, es fácil seguir siendo una buena persona y tratar de mejorar. Sin embargo, la superación personal se convierte en un gran desafío cuando sientes que la vida te está partiendo la nariz. ¿Cómo podemos mejorar en lugar de amargarnos cuando estamos siendo golpeados por la vida?
Vuelve de nuevo en tu mente a uno de esos momentos en los que estabas experimentando una situación difícil. ¿Reaccionaste siendo mejor, o la situación te desgastó y te derribó? En realidad, la respuesta a esta pregunta no importa mucho porque estamos hablando del pasado, y no podemos cambiar nada al respecto. Una mejor pregunta sería: ¿vas a ser mejor la próxima vez que la vida te golpee en la nariz, o dejarás que gane y te amargue?
La realidad es que la vida siempre estará ahí, justo en la esquina, esperando que nos distraigamos para que mostrarnos sus mejores habilidades de boxeo. Por favor, no me malinterpretes, no estoy siendo negativa. Las dificultades son simplemente una realidad. Siempre estamos experimentando desafíos en la vida porque esa es la forma en que crecemos, por lo que escribo este post hoy. Quiero que sepas que incluso cuando la situación es dura y dolorosa, siempre tenemos la opción de elegir nuestra reacción. Entonces, ¿qué elegirías: ser mejor o amargado? Yo voto por el hermoso mantra: “Elijo ser mejor, no amargada”. Elijo aprender de la experiencia y dejar que me guíe para ser siempre un buen ser humano. Elijo respetar a los demás incluso cuando no me respetan a mí. Elijo pasar por el dolor de los golpes de la vida y dejar que me enseñen. Elijo mantener mi paz interior intacta incluso cuando los tornados vuelen alrededor tratando de perturbarla. Elijo reaccionar desde un lugar de amor y bondad pase lo que pase. Elijo ser mi mejor versión incluso cuando todos los demás no lo son. Elijo ser mejor, no amargada.
Bueno, parece que he creado un largo mantra a seguir… y me encanta! Planeo imprimirlo y leerlo todos los días para poder tatuarlo en mi corazón. El mundo está tan lleno de amargura últimamente que siento que necesito ayudar de alguna manera. Si quieres usar mi largo mantra para ayudarte a ser mejor y no amargado, ¡siéntete libre! ¡Y compártelo también! ¡Necesitamos más amor en el mundo!
¡La elección siempre es nuestra, amigos mios! Lo he dicho antes, y lo seguiré repitiendo tantas veces como sea necesario. Siempre podemos elegir cómo reaccionar a los golpes de la vida. La vida intentará derribarte cuando esté en modo pelea, pero recuerda que la única persona con la capacidad de derribarte eres tú. Si no lo dejas, no sucederá. ¡Sé mejor, siempre!
Con amor,
Irene