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¿No es gracioso cómo tantas personas viven sus vidas en función de la cantidad de “me gusta” que obtienen en las redes sociales? Si bien es cierto que las redes sociales han cambiado el mundo de muchas maneras increíbles, como muchas cosas en la vida, también tienen un efecto colateral que está lejos de ser bueno. En mi opinión, todos prestamos demasiada atención al número de seguidores que tenemos o a la cantidad de “me gusta” que obtenemos por una imagen. Sé que he hablado sobre este tema antes, pero es impactante ver cuántas personas viven sus vidas en función de los comentarios y el feedback de sus redes sociales.
Yo ya escribí un post sobre validación externa que explica la razón por la que buscamos constantemente la aprobación y validación de otras personas. Mi intención hoy es exponer lo feo de vivir una vida donde los “me gusta” de las redes sociales toman por completo el control sobre las personas. Y por favor, no me malinterpreten: me encanta cómo las redes sociales han mejorado nuestras vidas de muchas maneras diferentes, pero tenemos que entender que demasiadas personas están prestando más atención a los “me gusta” externos que al amor interno.
Para ser honesta, en un momento de mi vida yo también presté mucha atención a la cantidad de me gusta o vistas que recibían mis publicaciones. No me gustaba sentir que estaba “desperdiciando” una publicación. Eso es una locura, ¿verdad? ¿Cómo podría desperdiciar algo que siempre está disponible? ¿Cómo podría desperdiciar algo que puse ahí con una intención honesta detrás? Más importante aún, ¿cómo podría desperdiciar algo que consideré lo suficientemente importante como para ser compartido? Ahora, cuando lo pienso bien, me doy cuenta de que mis redes sociales son simplemente un reflejo de las cosas que me gustan y las cosas que considero importantes y alineadas con mis valores.
Estaba hablando con un amigo hace unas semanas, y me dijo algo que aun estoy procesando (y así fue como aterricé en esta publicación). Me dijo que cada vez que publica algo que no recibe una cierta cantidad de me gusta, lo elimina. Le pregunté por qué, y me dijo que no puede soportar ver su perfil con menos de ‘X’ número de me gusta. Entonces, le hice otra pregunta: “¿Tus redes sociales son para ti o para otros?” A lo que respondió sin dudarlo: “Por supuesto que es para otros”.
Su respuesta me hizo pensar durante un rato. La mayoría de las personas construyen sus páginas de redes sociales con la intención de obtener la atención de los demás, y lo entiendo. Quiero decir, se llaman redes socialespor una razón, ¿verdad? Se supone que debemos conectarnos con los demás a través de las redes. Por lo tanto, si se supone que debemos conectarnos con otros, entonces necesitamos cargar contenido con la intención de complacer a los demás. De esa manera, podemos conectarnos con mucha gente, que es la razón principal por la que tenemos cuentas de redes sociales. Suena obvio,¿verdad? Para que podamos conectarnos con más y más personas, necesitamos seguir subiendo cosas que otras personas quieren ver.
Honestamente, no encuentro nada malo en el hecho de que algunas personas construyan sus cuentas de redes sociales para obtener validación externa. Respeto esa filosofía. Es una forma de conectarse, y eso está bien. Lo que no entiendo es cuando las personas se vuelven adictas a la sensación de recibir likes y vistas, y comienzan a publicar todo tipo de contenido. La adicción a esos “me gusta” externos se vuelve tan fuerte que a veces las personas olvidan por completo sus principios y valores, y simplemente publican en función de lo que está de moda. O peor aún, comienzan a publicar cosas que no son reales, simplemente para obtener atención. En mi opinión, eso es triste. Sin embargo, es aún peor saber que muchas personas administran sus redes sociales de esa manera a propósito.
Creo firmemente que cuanto más busques esos “me gusta” y vistas en tus redes sociales y cuanta más atención les prestes, más amor necesitarás construir desde adentro hacia afuera. Lo he dicho muchas veces antes, y lo voy a repetir porque es imperativo entender que cuanto más te amas a ti mismo y cuanto más amor construyas desde dentro, menos energía regalarás a aprobaciones externas como los “me gusta” y números de vistas.
Como con todo en la vida, esta filosofía es también una paradoja. Tan pronto como comiences a usar tus redes sociales para ti y desde tu propio nivel de amor propio, más personas sentirán que eres real. Te prometo que tu vida no colapsará si no obtienes ‘X’ cantidad de visitas o me gusta en tus publicaciones en las redes sociales. Los “me gusta” y las vistas son solo otra forma de obtener validación externa. Tu vida será más pacífica si dedicas tu energía a aprobarte y amarte a ti mismo primero.
El amor interno les traerá el mejor ‘”me gusta”del mundo, mis amigos… ¡EL TUYO! Cuando dejas ir la necesidad y la adicción a sentirte aprobado por los demás, tendrás mucho más tiempo para trabajar en ti mismo desde dentro, y cuanto más te ames y apruebes a ti mismo, más te respetarán las demás personas. Usa tus redes sociales como un fiel reflejo de tu amor propio interno, y eso difundirá mas amor. Entonces, cuando todos nos sincronicemos con ese movimiento, el mundo será un lugar mejor.
Con amor,
Irene