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Todos hemos estado allí, en ese lugar donde hemos tenido la sensación de extrañar a alguien o algo. El sentimiento de “extrañar” es un poco difícil de explicar porque tiene una serie de emociones alrededor que pueden ser contradictorias. Puede que nos sintamos tristes, pero dentro de la tristeza recordamos las cosas buenas, que nos hacen felices. Se torna complicado. Cuando te divorcias o te separas, este estado de “extrañar” a alguien es el sentimiento más común que experimentarás por un tiempo. Curiosamente, la mayoría de las veces este sentimiento comienza mucho antes que sepas que tu relación está llegando a su fin.
¿Sabes por qué esta sensación puede comenzar antes que se produzca la separación? Tengo una teoría, pero antes de sumergirme en explicarla, hagamos un ejercicio. Para este ejercicio, no importa si estás divorciado, casado, soltero, en una relación complicada, o estas en cualquier otro estatus. Si eres un ser humano lleno de emociones (y estoy bastante segura que lo eres) te apuesto que has echado de menos a alguien en algún momento de tu vida. Quiero que pienses en esa experiencia por un momento. ¿Qué es lo primero que piensas cuando extrañas a alguien? Piénsalo un momento y reserva tu respuesta mientras sigues leyendo.
Como lo es para la mayoría de las parejas, nuestro aniversario de boda era una ocasión especial para nosotros. No haciamos nada particularmente elegante o caro, pero nos gustaba celebrar la ocasión. Mi ex marido era muy bueno sorprendiéndome con flores y globos y aunque yo sabía que era así, siempre encontraba la manera de impresionarme. Extrañamente, para ese día en particular nunca tuve expectativas. Para decirlo en palabras de yoga, siempre me deje llevar por el momento — estaba relajada y abierta a disfrutar de lo que ese día trajera.
La ocasión fue hermosa cada año hasta nuestro cuarto aniversario. Mi ex marido me dijo tres semanas antes que tenía que viajar durante toda la semana de nuestro aniversario. Me entristecí tanto que empecé a llorar, y el se rió porque pensó que era un berrinche lindo. La cosa es que yo estaba llorando de verdad. Los tres años anteriores no esperaba nada, pero ese año por alguna razón me había hecho una enorme lista de expectativas. Debido a que se sentía un poco culpable, mi ex planeó algunas cosas para el fin de semana antes de su viaje y me dijo que sería nuestra celebración del aniversario del fin de semana. Fue genial, y pensé que eso me haría sentir mejor en el día real de nuestro aniversario.
Se fue el lunes y debía regresar el sábado. Nuestro día de aniversario era el jueves de esa semana. Yo estaba bien hasta el miércoles por la noche, cuando empecé a sentirme triste porque lo extrañaba. Desafortunadamente, dejé que mi mente entrara en modo expectativa, y elaboré todo tipo de esperanzas locas. Quería que me llamara a medianoche, y quería que el se sintiera tan triste como yo. “¿Qué?” Si lo se! te imagino en shock. Y sí, así de locos podemos volvernos a veces. Bueno, no me llamó a medianoche. Tampoco me llamó a primera hora de la mañana. Estaba triste y enojada, y cuando decidí llamarlo, su teléfono estaba muerto. Fui a trabajar de mal humor, y si te lo estás preguntando— no, ni siquiera consideré que tal vez algo malo le había pasado.
Pasó la mañana y no me llamó ni me envió un mensaje de texto. Al mediodía, recibí una llamada de la recepción. Me dijeron que tenía una entrega esperando. Me había enviado el arreglo de rosas más grande de la historia. Todo el mundo me decía lo maravilloso que era el gesto de mi ex, pero yo todavía me sentía enojada por dentro. Finalmente me llamó a las 2 p.m.
No fue un buen día para mí. Me sentí triste y decepcionada. Cuando regresó, le dije que me sentí horrible todo el tiempo porque lo extrañé mucho. Me prometió que nunca volvería a viajar solo en nuestro aniversario, y yo cambie a un estado de ánimo mas feliz.
La razón por la que te cuento esta historia es porque me hace analizar lo que realmente significa cuando extrañamos a alguien. Una amiga mía y yo hablamos de este tema el otro día, y este recuerdo de aniversario vino a mi mente. Cuando terminé de contarle la historia, me di cuenta de algo. No creo que lo extrañaba a el, estoy segura que lo que en realidad extrañaba era la forma en que me sentía cuando estaba con el. No tuve expectativas de aniversario durante los años anteriores porque ya me sentía plena y feliz, pero cuando esa forma de sentirme empezó a decaer, extrañaba mucho esa sensación.
¿Cuál fue tu respuesta a nuestro pequeño ejercicio al principio? ¿Extrañabas a la persona como tal? ¿O extrañabas la forma en que te sentías cuando esa persona estaba cerca? Mi teoría es simple: no extrañamos a la gente; echamos de menos los sentimientos que asociamos con ellos. ¡Y por favor, no me malinterpretes! No estoy diciendo que no necesitemos gente, o que extrañar a alguien no es real. Todo lo que quiero enfatizar aquí es que podemos hacer algo para ayudarnos a nosotros mismos cuando extrañar a alguien se vuelve demasiado doloroso. Si sabemos que lo que echamos de menos es la forma en que nos sentimos, entonces podemos salir del dolor enfrentando la emoción y trabajando en la comprender ese sentimiento.
¿Ves por qué dije antes que puedes empezar a extrañar tu pareja mucho antes de la separación? Puedes extrañar a las personas que están justo a tu lado porque si ellos han cambiado (o tal vez has cambiado tu), entonces es bastante normal extrañar cómo te sentías en el pasado. Algunas personas pueden trabajar alrededor de este sentimiento entendiendo los cambios y adaptándose a la nueva forma de ser, y muchas de ellas siguen viviendo en matrimonios saludables. Para otros, no es tan fácil. Las circunstancias son diferentes para todos nosotros. Lo bueno es que sea cual sea tu caso, puedes superar esa sensación de extrañar cuando se vuelve muy dolorosa.
Si estás pasando por una separación y la sensación de extrañar a esa persona te golpea constantemente, ten en cuenta que puedes crear nuevos sentimientos. ¡Tienen ese enorme poder dentro de ustedes, amigos míos! Presta más atención a tus pensamientos y redireccionalos a las cosas que te sirven mejor.
Con amor,
Irene