¡La elección es nuestra!

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En cualquier situación, siempre podemos darnos el lujo de elegir la forma en que lo vemos. Podemos percibir incluso la más difícil de las situaciones de una manera que nos traiga paz. Esto puede sonar extremo, pero es la verdad.

Cuando no somos conscientes de nuestros pensamientos, dejamos que nuestras emociones gobiernen nuestra percepción, y las emociones pueden drenar nuestra energía hasta el punto que no podemos ver la luz incluso cuando está justo delante de nosotros. Una percepción emocional puede herirnos más que una difícil situación por si misma. Por eso es imperativo tomar conciencia de nuestros pensamientos para que vivamos una vida más feliz y pacífica.

Cuando vivía mi vida bajo la influencia de mis percepciones emocionales, me sentía herida constantemente. La interacción más mínima que no estuviera alineada con mis enormes expectativas me traía un dolor intenso. Recuerdo que un día perdí dos horas enteras llorando porque mi mejor amiga no me invitó a ver una película. Estaba tan enojada que literalmente lloré durante dos horas porque ella decidió ese día que quería tener una cita con su novio. Suena estúpido, ¿verdad? Sí pues, cuando dejamos que nuestras percepciones emocionales gobiernen nuestras vidas, tendemos a hacer cosas así.

Hoy podría decirles un millón de maneras diferentes de ver esa situación tonta de una manera más sana y feliz; pero la verdad es que estaba ciega en ese momento; No sabía que habían otras opciones. En ese momento, no podía pensar en otra manera de lidiar con ese “desafío” Para ampliar nuestra percepción y poner fin a nuestras reacciones emocionales, es necesario estar consientes . Necesitamos saber lo que estamos pensando y cómo reaccionamos antes de poder reconocer que siempre tenemos dos opciones de ver las cosas entre las que podemos elegir.

Por un momento después de tomar la decisión de divorciarme, me centré en todos los aspectos negativos del divorcio. Mi percepción se centró en todos mis miedos. Esa es una reacción emocional normal. Cuando tomé esa decisión, no conocía la meditación. Estaba viviendo mi vida sin estar consciente de mis pensamientos; por lo tanto, reaccionaba emocionalmente a todo. Uno de mis mayores temores era que divorciarme me haría ver como si hubiera fracasado. Me preocupaba la forma en que la gente me vería o pensaría de mí.

Regalamos tanto de nuestro poder cuando no somos conscientes de la forma en que pensamos. Por ejemplo, estaba dejando que algo de lo que no tenia control en absoluto me dominara. No podemos controlar las percepciones de otras personas, así que ¿por qué nos ponemos tan ansiosos por que otras personas nos juzguen? La respuesta es fácil: reaccionamos emocionalmente. Dejamos que el miedo tome el control. Creamos escenarios que ni siquiera existen, y les damos tanto poder que incluso nos lastiman sin ser reales. La cantidad de poder que regalamos libremente al no ser conscientes es una locura.

Después de leer el libro que he recomendado antes: “The Untethered Soul” de Michael Singer y comenzar a meditar, encendí un poco la luz de conciencia. Ese fue el momento en que cambié mi percepción de divorciarme. Decidí centrarme en todas las cosas positivas al respecto. Cuando hice ese cambio, fue un alivio total. Estaba menos ansiosa. Me sentía mucho mas segura. Y lo más importante, dejé de preocuparme por lo que pensaría la gente. Decidí que la única persona por la que debía preocuparme era yo misma. ☺ Encendí mi luz y mi energía.

Escribí la mitad de este articulo en aquel momento cuando me di cuenta de que había encendido un poco la luz de mi conciencia. Quería agregarle algo mas pero no estaba segura que tuviera otra forma de explicarlo hasta unos días.

Todos los fines de semana, salgo con mi hermosa perrita Canella a dar un largo paseo por la mañana. Justo después de terminar mi meditación rutinaria por la mañana, me pongo mis zapatos cómodos de correr y salimos a dar un paseo. Siempre me llevo mis audífonos y mi teléfono celular conmigo para poder escuchar mis audio-libros o cualquier Podcast. Sin embargo, con toda la locura que estamos experimentando hoy en día debido al virus, esta vez no quería llevar mi teléfono celular conmigo. Quería un tiempo lejos de los grupos de chat, las noticias y las redes sociales. Así que dejé mi teléfono en casa.

Comenzamos nuestro paseo, y la primera parada que hizo Canella fue cerca de una lata de cerveza vacía que alguien había tirado a los arbustos. Estaba molesta y quería recoger la lata para ponerla en la basura, pero recordé el virus y decidí seguir caminando. Estaba enojada y empecé a ver basura por todas partes. Durante cinco largos minutos, estaba muy molesta por toda la basura que estaba viendo, y me sentía frustrada porque tenia la opción de limpiarlo porque tenía miedo de tocar las cosas. Cuando giré una esquina y vi el sol saliendo con toda su hermosa luz, me desperté. Mi músculo de conciencia empezó a funcionar.

Analicé los pensamientos que acababa de tener y empecé a reírme. Me dije: “Wow, realmente me sentí miserable durante cinco minutos sin razón”. Cambié mi percepción de inmediato. Decidí que quería ver las cosas bellas que habían en mi camino. Luego encontré hermosas flores creciendo entre arbustos. Vi muchos pájaros hermosos cantando para mí. Vi a la gente feliz porque estaban haciendo ejercicio. Vi muchos colores diferentes y hermosos. Me olvidé de la locura por un momento. Y el sol estuvo fuera todo el tiempo, recordándome que la luz siempre está disponible para nosotros cuando decidimos que queremos verla.

Siempre tenemos dos opciones: podemos centrarnos en la oscuridad y dejar que nuestra percepción nos lastime, o podemos dejar que la luz que siempre está disponible nos guíe para encontrar el lado positivo de cada situación.

Entonces, ¿qué elegirías? 🙂

Con amor,

Irene