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¿Crees en el Karma? Quiero decir, ¿crees que siempre somos castigados de una manera u otra por nuestras malas acciones? Desde que era una niña, he escuchado que el Karma es un tipo de castigo que recibimos cuando actuamos con malas intenciones. En mi cultura, el karma está relacionado con malas acciones. No estoy segura del por qué, pero ese es el significado asociado con esta palabra en mi pais.
Desde que empecé a meditar, he estado leyendo mucho sobre el budismo porque me gusta entender las cosas que practico desde todas las perspectivas. La palabra Karma en el budismo y el hinduismo significa: “La suma de las acciones de una persona en este y anteriores estados de existencia, vistos como la decisión de su destino en existencias futuras”. Las definiciones de una sola palabra son “acción”, “efecto” y “destino”.
Para mí, estas definiciones significan que el Karma no solo está relacionado con las malas acciones y el castigo, sino que se refiere a todos los efectos que obtenemos de todas nuestras acciones. Cuando hacemos cosas buenas, obtenemos buen Karma, y cuando hacemos cosas malas, obtenemos mal Karma. Suena bastante simple y directo, ¿verdad? Debería ser fácil vivir bajo esta regla. El mundo debería estar lleno de personas que siempre hacen el bien para que solo puedan recibir de vuelta cosas buenas. Bueno, como todo en la vida, el concepto de Karma es un poco más complejo que eso.
La razón por la que estoy hablando del Karma hoy es simple. Estaba escuchando una de mis meditaciones guiadas por Melli O’Brien en una maravillosa aplicación de meditación llamada Mindfulness,y ella explicó el concepto de una manera muy interesante. Por primera vez, pude entender el significado del Karma con más conciencia. Ella explica cómo cada acción que tomamos tiene un efecto dominó. Lo que me llamó la atención fue la forma en que explicó que el concepto de Karma tiene más que ver con la intención detrás de cada acción que tomamos que con la acción en si. Todo lo que hagamos con intenciones virtuosas hará crecer semillas de felicidad. Por otro lado, todo lo que hagamos con la intención de dañar o desde un lugar de egoísmo nos llevará al sufrimiento de alguna manera.
Esta meditación me hizo pensar en mis propias intenciones y en cómo mi vida las refleja. No sé cómo actuar con malas intenciones. Mi mente no puede procesar hacer algo con la intención de dañar a otros, lo que me llevó a preguntarme si esa es la razón por la que tanta gente me llama “afortunada”. Me han dicho muchas veces que mi vida es demasiado fácil. Cuando hablo de mi divorcio amistoso, algunas personas piensan que tuve suerte. Cuando hablo de mi negocio, de nuevo, algunas personas piensan que tuve suerte. Pero esta meditación sobre el Karma me hizo darme cuenta de que mi vida es un reflejo de mis intenciones. Ese efecto dominó es real. Me encanta ver lo bueno en cada situación y en cada persona. Me encanta ser una persona empática.
Por favor, no me malinterpreten. No estoy diciendo que soy perfecta. Por el contrario, estoy muy lejos de eso. Simplemente estoy analizando cómo la forma en que he decidido vivir mi vida ha terminado siendo una bendición. Comedo errores todo el tiempo, y sé que a veces mis acciones pueden causar cierta incomodidad a los demás, pero puedo prometerte que nada de lo que hago tiene una mala intención detrás. El momento en que decidí divorciarme, por ejemplo, no fue un momento cómodo para mi ex esposo o para mí, pero mi intención detrás de esa acción era vernos felices a los dos, incluso si eso significaba que necesitábamos tomar caminos diferentes. Creo que mi intención guió todo el proceso a ser tan amigable como lo fue.
Si llevas un tiempo leyendo este blog, sabes que de vez en cuando traigo a colación los maravillosos beneficios de la meditación… y hoy es uno de esos días. Puedo decirte por mi propia experiencia que la meditación me ha ayudado a ser mucho más consciente de mis intenciones. No conocía todo el concepto de Karma desde esta perspectiva, pero ahora que lo sé, puedo decirte que cuanto más medites, más podrás identificar las intenciones detrás de tus acciones. Entonces, si entiendes tus intenciones, podrás guiarlas para que siempre sean virtuosas; por lo tanto, generarás un efecto dominó lleno de amor para ti y para los demás. Ser capaz de redirigir una intención es un enfoque mucho mejor que esperar a que el efecto dominó te muestre que fallaste en tener una buena intención desde el principio.
Creo que el concepto de Karma no debe ser visto como una forma de hacer que la gente tema las malas acciones. En cambio, debe verse como una forma de mantener nuestras intenciones puras para que podamos crear un mundo mejor para nosotros y para los demás. Centrarse en ver el Karma como un castigo solo puede generar un efecto negativo. Sin embargo, ver el Karma como un filtro para nuestras intenciones generará una comprensión más positiva del concepto, por lo que lo aplicaremos mejor.
El karma es un efecto, mis amigos. Tenemos el poder de crear mejores efectos dominó para nosotros y nuestros seres queridos al prestar atención a nuestras intenciones. Todo lo que hacemos desde el amor puro siempre genera un efecto maravilloso. Por lo tanto, sigue prestando atención a tus intenciones y trabaja para hacerlas tan hermosas como quieres que sea tu vida.
Con amor,
Irene.