This post is also available in: English (Inglés)
La integridad es una palabra tan grande, ¿verdad? Su significado es tan profundo y complejo que la mayoría de nosotros probablemente hemos fallado en cumplir con ella de vez en cuando. Oxford Languages define la integridad como “la cualidad de ser honesto y tener principios morales sólidos; rectitud moral.” Ves, les dije que es una gran palabra que abarca muchas responsabilidades. Yo he fallado en actuar con total integridad varias veces en mi vida. ¿Me siento mal por eso? Bueno, no estoy orgullosa, pero sé que soy humana y cometo errores.
No voy a justificar las veces que no he podido mostrar integridad, pero trato de analizar las razones que me llevaron a fallar en ello para así poder entender cómo funciona mi mente. Bueno, no podemos crecer si no aprendemos de nuestros propios errores no? Así que déjame sumergirme en algunas de mis fallas por un momento.
He mencionado antes que mi padre es un gran defensor de la integridad como la mejor manera de vivir y que hace todo lo posible para guiar siendo un ejemplo. Quizás recuerden que somos de Venezuela. Y claro que no estoy diciendo que la integridad no exista allí, pero mi país de origen ocupa el puesto número cinco en la lista de los países más corruptos del mundo. ¿Qué significa eso? El sistema es sumamente corrupto, por lo que algunas situaciones empujan a la gente a actuar y hacer cosas que no están en sincronía con sus principios morales
Por ejemplo, cuando empecé a aprender a manejar, no tenía licencia. Yo no manejaba sola mientras aprendía, pero no tenía el permiso legal para hacerlo. Para obtener una licencia de conducir de la manera legal en mi país, el período de espera era de dos años y medio desde el momento en que se solicitaba hasta el día que asignaban un número para tomar el examen. Ya estaba en la escuela de odontología cuando mi papa me compró mi primer carro. Así que no teníamos los dos años y medio para esperar. La otra opción (la que el sistema nos obligó a elegir) era pagar a alguien que mágicamente tenía números disponibles inmediatamente para tomar el examen. Esta persona no sólo nos consiguió el número para tomar el examen, sino que también le proporcionaba a la gente las respuestas del mismo. Lo que significa que no tuve que leer una sola página del manual del conducir porque … bueno… Ni siquiera me dieron el libro; Me entregaron solamente todas las respuestas.
Sabes que no te contaría esta historia si no valiera la pena tu tiempo, ¿verdad? Así que el día que me asignaron a “tomar mi examen” tuve un pequeño accidente. ¡Claro que lo tuve! No fue nada serio (bueno, mi padre podría estar en desacuerdo con esto debido al dinero que tuvo que gastar para reparar los daños) pero bueno nadie resultó herido. Tenía un auto carro sincrónico y el garaje en la casa de mi papa es muy inclinado. Así que me subí a mi carro y lo encendí sin poner el pie en el freno. Y así me deslice completamente hacia atrás y me estrelle con la puerta del garaje, que por cierto estaba cerrado en ese momento. Lo sé, lo sé… ¡Ups! El golpe saco la puerta del garaje completamente fuera del riel, y la parte trasera de mi carro quedo muy dañada. Mi vecino me ayudó a mover la puerta del garaje para que pudiera sacar el automóvil completamente fuera del garaje. Llamé a mi papa y me preguntó si estaba lastimada. Cuando le dije que no, me dijo: “Está bien, ve a tomar tu examen. Hablaremos más tarde.” Lo gracioso-no tan gracioso fue que la primera pregunta en la prueba fue: “¿Qué debes hacer antes de retroceder mientras manejas?” ¡Que horror!
Lo que quiero que vean aquí es que a veces fallamos a la integridad debido a las condiciones en las que vivimos. No estoy justificando las malas acciones que tomé mientras vivía bajo un sistema tan corrupto, pero el modo supervivencia no es nada bonito la mayoría de las veces. Una vez no vi una señal de alto y la pase sin frenar. Un fiscal de transito me detuvo. Cuando me pidió mis documentos, me dijo que estaba dispuesto a dejarme ir si le daba dinero. A lo que le respondí: “Por favor, dame la multa porque hice algo malo”. ¡Se irritó mucho! El seguía pidiéndome dinero en efectivo, y le rogaba que me diera la multa. Finalmente me dijo: “Sigue tu camino, señorita Integridad”.
Actuar con integridad en un mundo que nos empuja a hacer lo contrario no es fácil. Lo entiendo. Ser un buen ciudadano requiere que prestemos mucha atención y tengamos sentido común. Cuando me mudé a este hermoso país, me sentí aliviada porque sabía que finalmente estaba en un lugar donde el sistema no me haría actuar sin integridad. Así que decidí poner siempre mis principios morales en primer lugar. Sé que no soy perfecta, por supuesto. He cometido errores en el pasado, y sé que cometeré errores en el futuro, pero prometo que no dejaré de trabajar en mí misma para ser un mejor ser humano.
Siempre pongo los carritos del mercado de vuelta a sus lugares. Recojo la basura que otras personas tiran en el piso. Limpio el orine que a veces dejan los perros de otras personas en el ascensor de mi edificio. Rezo por gente que ni siquiera me conoce y por la gente que me ha lastimado. No hago cosas que no estén alineadas con mis principios morales. A veces la gente se irrita al principio cuando no me uno a ellos y me involucro en cosas que siento que no están bien, pero por lo general me gano su respeto cuando explico mis razones. He elegido hacer cosas que me han tomado duplicar el trabajo y el esfuerzo sólo porque son las manera correcta de hacerlas.
Actuar con integridad significa que respetamos nuestros principios más que nuestros deseos. ¿Es fácil? No. ¡Pero vale la pena! Cuando actuamos con integridad, no tenemos nada que temer, y una vida sin miedos es una vida feliz mis amigos!
Con amor,
Irene