¿Entender a otros o que nos entiendan?

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“Tu no lo entenderías!” ¿Alguna vez le has dicho estas palabras a alguien o tal vez tuviste la intención de decirlas? Yo si… muchas, muchas veces. En realidad, es una frase muy común para mí. No estoy segura de por qué siento que la gente no me entiende; después de todo, no creo que sea rara (bueno, tal vez soy un poco 😉). En general, siento que soy tan humana como todos los demás, una interconexión multifacética de complejidades y simplicidad. Cuanto más presto atención a la gente, más confirmo que todos estamos luchando las mismas batallas, sólo desde diferentes ángulos.

 

Me sorprende cómo todos somos tan parecidos, pero a menudo nos sentimos tan incomprendidos. A veces siento que nuestra tendencia innata a sentirnos conectados es lo que nos hace anhelar con tanto ímpetu ser comprendidos. La mayoría de los seres humanos quieren sentir que la gente los entiende y los aprueba. Esa es la explicación más simple que se me ocurre para nuestra necesidad de ser entendidos. La gente simplemente quiere sentir que otros aprueban sus comportamientos y reacciones. He estado pensando en esta cualidad tan humana durante algún tiempo, y como siempre, compartiré mi razonamiento con ustedes y quizás puedan sentirse conectados de algúna manera.

 

Me considero una persona muy persistente. Cada vez que decido que quiero lograr algo, no puedo parar hasta que suceda. He sido así desde que era una niña, pero siento que esa tendencia se ha intensificado últimamente. No puedo decirte por qué porque honestamente no lo sé, pero puedo decirte que soy extremadamente persistente.

 

¿Es saludable vivir la vida de esta manera? Bueno, lo es completamente para mí. Pero el problema que encuentro de vez en cuando es que la gente no entiende mi forma de ver la vida. La cosa es que me propongo grandes metas en casi todos los aspectos de mi vida. Así que sigo empujando mis límites para lograr mis metas, pero como no tengo una competencia visible, la gente no entiende por qué exijo tanto de mí misma. Por ejemplo, cuando le digo a alguien que como sano, siempre preguntan cuándo mi dieta volverá a ser “normal”. O cuando digo que trabajo más de 100 horas a la semana a veces, a veces preguntan cuándo voy a disfrutar de los frutos de tener mi propio negocio y vivir una vida “normal”.

 

También me han preguntado muchas veces por qué sigo ejercitándome tan duro si no estoy en una competencia (como un concurso de bikini o algo así). Me han dicho que soy demasiado excesiva. Me han dicho que no “disfruto” de la vida porque soy demasiado estructurada. Me han dicho que soy “cerrada de mente” porque no acepto sugerencias sobre cómo ser menos “extremista”. He sido juzgada tantas veces: “¿Por qué no bebes soda?” “¿Por qué no comes dulces?” (En realidad lo hago, pero como no lo son de la variedad común recibo miradas extrañas.) “¿Por qué te despiertas a las 4:30AM todos los días si no lo necesitas?” “¿Por qué escuchas audiolibros en lugar de música?” (Sí, incluso eso) ¿Por qué esto? ¿Por qué aquello? ¿Puedes adivinar cuál es mi respuesta interna cada vez que escucho estas preguntas?

 

“Tu no lo entenderías.” Esa es mi explicación. Cuanto más me juzgan por ser como soy, más quiero entender a los que no parecen entenderme. Realmente me pongo en el lugar de otras personas y hago todo lo posible para ver sus comentarios como una forma de cariño. Sé que la mayoría de las personas que me dicen esas cosas sólo están tratando de ayudarme desde su perspectiva. He llegado a la conclusión que la gente quiere o necesita ver metas tangibles para poder entender la persistencia. Necesitan ver el trofeo esperando por aquellos que están dando lo mejor de sí para que el trabajo sin cesar y la disciplina tengan sentido para ellos.

 

Desearía poder mostrar mi cerebro en un proyector a todos los que necesitan ver ese trofeo. Desearía poder tener una mejor manera de explicar que mi competencia es interna. Desearía poder mostrar a todos mi nivel de satisfacción cada vez que logro uno de mis objetivos internos. Y no deseo todas estas cosas para yo sentirme mejor. Mi deseo es poder ayudar a los que me rodean que se preocupan por mi a sentirse mejor con mi forma de vivir.

 

Al final del día, incluso cuando queremos tanto sentirnos comprendidos, la gente siempre verá todo desde su propia perspectiva. Siempre veremos las batallas de otras personas desde nuestro propio ángulo de la lucha. Así que lo que debemos hacer en lugar de tratar de querer tanto ser entendidos es ser comprensivos nosotros.

 

Poco a poco estoy aprendiendo que la vida nos sonríe cuando dejamos de pedir y empezamos a dar. Yo no me estoy pidiendo grandes resultados; Estoy haciendo y dando lo mejor para alcanzarlos. Me encanta empujarme mas allá de mis límites, y no estoy pidiendo a la gente que entienda por qué soy así. Simplemente quiero que sepas que soy feliz, incluso cuando no gano trofeos que puedo mostrarte. Te prometo que seguiré haciendo todo lo posible para apreciar tu cuidado por mí y la forma en que luchas tus propias batallás.

 

Si eres como yo y tu mayor competidor eres tú mismo, ¡sigue dándole con todo, amigo mío! Se que el camino para lograr nuestra propia versión de grandeza interna se siente muy solo a veces, pero la belleza de conseguirlo siempre vale la pena!

 

Con amor,

 

Irene