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¿Alguna vez te has preguntado cuántas emociones puedes sentir a lo largo de un día normal? He estado pensando mucho en esta pregunta últimamente. La razón de esta reciente curiosidad que tengo son los comentarios que he recibido de algunos amigos con respecto a ciertas situaciones por las que he pasado. Sé que hablar de emociones es como saltar al medio del océano, podemos ir profundos y todavía no llegar a ninguna parte. Pero me gustan los desafíos, 😊 así que aquí vamos.
En primer lugar, ¿sabes qué son las emociones? Si has estado leyendo este blog por un tiempo, sabes que me gusta ir a lo más básico para explicar mis puntos de una mejor manera. Oxford Languages define las emociones como: “Un estado mental natural e instintivo derivado de las circunstancias, el estado de ánimo o las relaciones con los demás”. Merriam Webster define las emociones como, “Una reacción mental consciente (como la ira o el miedo) experimentada subjetivamente como sentimiento fuerte, generalmente dirigida hacia un objeto específico y típicamente acompañada de cambios fisiológicos y conductuales en el cuerpo.” Así que, en mi opinión, las emociones son básicamente reacciones.
Diferentes circunstancias y situaciones de la vida diaria provocan en nosotros reacciones con cualquiera de las emociones que llevamos dentro. Las emociones humanas se pueden clasificar de muchas maneras diferentes, y se necesitaría más de un articulo para repasarlas todas, así que voy a discutir las más básicas. La lista básica de emociones hecha por Paul Eckman incluye: felicidad, tristeza, miedo, disgusto, ira y sorpresa.
Mi pregunta es, ¿cuántas de estas emociones básicas puedes experimentar en un día? No sé tú, pero yo puedo sentir todas fácilmente en un período de 24 horas. Mencioné anteriormente que la razón detrás de mi curiosidad sobre las emociones fue la retro-alimentación que he recibido de algunos de mis amigos cuando he compartido con ellos algunas de mis reacciones a ciertas situaciones.
Hace unos meses, estaba en mi oficina, trabajando como siempre. Estaba teniendo un gran día, y me sentía feliz. En cuestión de minutos, recibí algunas llamadas telefónicas y correos electrónicos que cambiaron por completo mi estado de ánimo. Salté de la felicidad a la tristeza y el miedo en segundos, así que hablé con un amigo para desahogarme y soltar mis emociones. Me dijo: “No entiendo por qué lloras. ¿Qué hay de todo tu trabajo de meditación y ser mas consciente? ¿Eso es sólo pendejadas?”
Me quede completamente callada. Dejé de llorar, e hice lo que solía hacer mucho en el pasado: bloquee las emociones que sentía y me obligué a eludirlas lo más rápido que pude. No sabía qué más hacer. Me sentí avergonzada porque pensé que tenía razón. Aunque sé que las emociones son como nubes que van y vienen, no me sentí lo suficientemente fuerte como para explicárselo.
Esa pequeña conversación me quedó en la mente durante mucho tiempo. Semanas más tarde, cuando le decía a otra amiga lo frustrada y triste que me sentía cuando me lastimé el tobillo, me hizo la misma pregunta: “¿Dónde está todo tu trabajo de meditación? ¿Por qué te pones triste y frustrada cuando sigues diciendo que la meditación es parte de tu rutina diaria?”
Una vez más, me quedé completamente callada. Simplemente no tenía una respuesta para ella (o para mí, en realidad). A pesar que escribí un post completo hace unos meses sobre estar bien con no estar bien, y sé que todos tenemos altibajos y necesitamos ir con el flujo de la vida, todavía no estaba completamente consciente de lo que la meditación realmente hace o no hace con nuestras emociones.
Por un momento, estaba un poco confundida. Quería tener una respuesta para mis amigos porque realmente creo que la meditación es el mejor regalo que me he dado, pero no sabía cómo explicárselo.
Sé que la meditación no suprime ni derriba emociones; sólo nos ayuda a ser conscientes de ellas. Pero, ¿qué hacemos cuando estamos cara a cara con esas emociones? ¿Y es que la meditación nos da un súper poder que nos hace ganar la batalla contra nuestras emociones? Bueno, la respuesta a esta pregunta depende de lo que creas que es el mejor enfoque para alcanzar la paz interior. Si crees que eludir o evitar la emoción es la mejor manera de ganar la batalla, entonces no. La meditación (cuando se practica con intención) no te ayudará a evitar las emociones. Pero si piensas que sentarte con la emoción y dejar que te muestre lo que significa es un mejor enfoque entonces sí, la meditación te llevará allí.
El secreto es entender que no debemos sentir que necesitamos luchar contra nuestras emociones. Estamos llenos de emociones por una razón. Todas tienen un propósito. Esa paz interior que a veces estamos tan desesperados por encontrar no significa que vivamos en un estado perenne de felicidad. Creo que llegamos a esa hermosa paz interior cuando finalmente entendemos que todas las emociones tienen significado y las aceptamos a medida que van y vienen.
Así que, a todos mis queridos amigos — sí, me encanta mi práctica de meditación. Y no, mi práctica de meditación no me hará una persona sin emociones. Seguiré sintiéndome feliz, triste, enojada, sorprendida, asombrada, asustada, frustrada y todo lo demás porque soy tan humana como tú. Mi práctica de meditación no es una pendejada o una mentira; me ayuda a ser consciente de todas mis emociones y aceptarlas como las poderosas guías que son.
Con amor,
Irene