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Sé que he escrito sobre la parada de cabeza mucho últimamente, pero te prometo que no estoy presumiendo. Estoy orgulloso de mí misma por finalmente poder hacerlo, pero realmente no quiero que pienses que lo sigo trayendo a colación por eso. Es sólo que he aprendido tantas lecciones de vida a través de esta práctica que quiero compartirlas todas con ustedes.
Hoy, finalmente pude hacerlo completamente alejada de la pared, es decir sin soporte alguno, y fue una sensación increíble. Me recordó a la primera vez que monté en bicicleta sin las ruedas de entrenamiento o la primera vez que conduje un auto manual sin pensar en los cambios. Esa sensación de logro siempre es buena para el alma, probablemente porque se siente genial poder hacer algo después de intentarlo y fallar varias veces. No sé cuántas veces me caí durante mis intentos de levantar los pies sin ningún tipo de apoyo y mantenerlos allí. Tampoco sé cuántos moretones obtuve de esos intentos. Pero ninguno de esos contratiempos me hizo pensar en renunciar. En realidad, cuanto más me caía, más lo intentaba.
Y no estoy tratando de insinuar que soy especial porque seguí intentándolo. Yo soy tan humana como tú. Pero si lo piensas bien, todos aprendimos a caminar cayendonos millones de veces. Todos seguimos intentándolo hasta que lo conseguimos. Cuando somos pequeños, no tenemos esa sensación de miedo. Nuestros cerebros están increíblemente diseñados para ser intrépidos al nacer. Sin embargo, de alguna manera en el camino agregamos muchas restricciones a esa condición. En mi opinión, dejamos que el miedo se meta en nuestro camino muy a menudo a medida que crecemos y esto nos impide intentar tantas cosas. Solía dejar que el miedo me congelara por completo, pero ahora he aprendido a usar el miedo como combustible. Como me dijo uno de mis amigos: “Tienes que aprender a ignorar el miedo a caerte”. He logrado tantas cosas desde que tome su consejo e hice ese cambio. Esa fue una gran lección que aprendí de mi práctica de la parada de cabeza.
Cuando finalmente pude mantener los pies arriba sin ningún tipo de apoyo, estaba tan emocionada que quería hacer un video para mostrar mi progreso. Empecé a buscar en mi teléfono todos los videos que había tomado desde que empecé la práctica. Mientras los miraba, me di cuenta de que no comencé la práctica usando la misma técnica que uso ahora, de hecho, cambié mi técnica varias veces. Cada vez que sentía que la técnica que estaba usando no me llevaba a ninguna parte, comenzaba a buscar otras diferentes. He mencionado en publicaciones anteriores que el secreto para finalmente lograr esta pose es eliminar la pesadez mental. No creo que ninguna técnica hubiese funcionado hasta que dejara que mi mente se volviera más ligera. Una vez que entendí eso, entonces pude ver qué enfoque físico me serviría mejor. Todos somos diferentes, así que para algunas personas llevar los pies hacia arriba es más fácil haciéndolo por pasos, y para otros (como yo) es más fácil usar el impulso y levantar los pies en un solo movimiento.
Puedes aplicar esta actitud a todo en la vida. Muchos caminos diferentes pueden llevarnos a donde queremos estar, así que si una técnica o enfoque en particular te hace sentir atascado, abre tu mente y busca uno diferente hasta que obtengas el resultado que deseas. Presta atención a lo que más te funciona; ¿eres una persona que va paso a paso, o solo necesitas un solo impulso que te ayude a obtener un resultado? Lo importante aquí es conocerte lo suficiente como para reconocer cuando encuentres el enfoque que mejor te convenga.
Yo necesito aplicar la estrategia de encontrar diferentes enfoques más a menudo. Tal vez es un aspecto de mi personalidad controladora, pero sé que solía quedarme atascada en una sola forma de hacer las cosas. O tal vez era miedo a lo desconocido. Lo que sé ahora es que superar el miedo que tantas veces nos atrapa es una hermosa manera de traer plenitud a nuestras vidas; al menos lo ha sido para mí. Por ejemplo, yo estaba aterrorizada la primera vez que contratamos a alguien en nuestra compañía. Sin embargo, sabía que no podíamos seguir haciendo todo nosotros mismos si queríamos crecer. Por lo tanto, tuvimos que encontrar un enfoque diferente para expandirnos. Descubrir lo que se siente al poder proporcionar oportunidades y ayudar a otros a través de ofrecer empleos me ha hecho consciente de que el miedo que sentía fue el resultado que no estaba confiando en mi jornada de vida. Ahora, me emociono mucho cada vez que tengo que añadir a alguien a mi equipo porque en lugar de sentir miedo, me siento útil.
¿Cómo se convirtió una pose de yoga en una manera para que yo aprendiera todas estas lecciones? Bueno, no estoy muy segura. Supongo que cuando prestamos mucha atención a la vida, todo se convierte en una oportunidad para aprender y crecer. Lo que me encantaría que te llevaras de esta lectura es que la vida nos ofrece múltiples maneras para alcanzar cada meta. Si algo no te esta ayudando a avanzar (o a levantar los pies, si estás intentando la parada de cabeza), sigue buscando diferentes formas. Donde hay voluntad, hay una manera. Vuelve a tus años de infancia cuando eras pequeño pero muy valiente. Por último, pero no menos importante, a riesgo de sonar cursi, si caes 100 veces, ¡sigue intentándolo 100 mas! ¡Lo conseguirás!
Con amor,
Irene