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Si tienes acceso a Internet, tienes acceso ilimitado a la autoayuda. Puedes elegir entre un sinfín de libros, podcasts, blogs 🙂, películas, charlas TED, influencers (buenos y malos), apps, eventos virtuales… lo que sea! No hay nada que no puedas encontrar si quieres ayuda para superar una separación o si simplemente quieres ser una mejor versión de ti mismo.
La autoayuda es un tema de moda porque, bueno, todos necesitamos ayuda, y aunque lo creamos o no, se nos ha enseñado a ser independientes (sé que esto es difícil de creer cuando los millennials están cerca, sin ofender). El acceso ilimitado que tenemos a todos los diferentes métodos de autoayuda es exactamente como el tema de gratificación instantánea que discutí la semana pasada, me refiero a que es maravilloso y aterrador al mismo tiempo. La información puede ayudarnos mucho, pero demasiada información puede abrumarnos. Nunca es saludable ir a los extremos.
Estoy muy agradecida por cada método que he probado para ayudarme a superar mi divorcio y convertirme en un mejor version de mi. He aprendido mucho de cada libro, cada podcast, cada blog, y cada persona (famosa o no) que ha compartido sus puntos de vista conmigo. Por favor, no me malinterpretes cuando digo que el acceso ilimitado a toda esta información es abrumador. Voy a explicar lo que quiero decir a través de mi experiencia personal. Chequea si esto es algo que también has experimentado. Me encantaría saber si lo has hecho, y cómo has logrado controlarlo.
En mi opinión, la parte abrumadora en el mundo de la autoayuda es cuando nos encontramos tratando de aplicar todo lo que estamos aprendiendo al mismo tiempo, y se vuelve contradictorio. Por ejemplo, estaba leyendo un libro increíble sobre ego no hace mucho tiempo (Ego es el enemigo de Ryan Holiday, en caso que quieras darle una leida). El libro nos hace darnos cuenta de cómo nuestro ego descontrolado puede hacernos daño en casi todos los aspectos de nuestras vidas. Me encantó cada capítulo del libro, y decidí empezar a revisarme más cuidadosamente para ver cuando estaba dejando que mi ego tomara el control total. Por supuesto, es más fácil señalar cuando la gente a nuestro alrededor está actuando bajo ego que reconocer cuando somos nosotros los que lo hacemos, asi que experimenté cierta confusión por un tiempo con esa tendencia. En lugar de analizarme a mí misma, me encontré analizando a los demás.
Un día, me atrapé señalando una reacción de ego en otra persona, y luego me di cuenta que eso no era lo que se suponía que debía hacer. A partir de ese momento, comencé a prestar atención a mis reacciones y todo lo que tiendo a hacer bajo ego. Lamento informar que la lista es muy larga. Dejo que mi ego tome control de mí casi todo el tiempo. Ahora, aquí viene la parte abrumadora. Quería prestar atención a mis reacciones bajo ego para poder trabajar en la búsqueda de mejores alternativas a ese comportamiento, pero quería ser amable conmigo misma al mismo tiempo porque esa es una de las cosas que he aprendido de la meditación. Resulta que la forma en que estaba señalando mis reacciones de ego y tratando de ser amable conmigo misma al mismo tiempo fueron tan contradictorias que después de un tiempo me sentí no sólo abrumada, sino también agotada.
La situación se descontroló tanto que me encontré atacándome ( bajo el control de mi ego) sólo para llamar la atención de alguien. Fue necesario que esa persona literalmente me preguntara: “¿Por qué te atacas de esa manera?” para hacerme darme cuenta de que estaba fuera de control. Esa pregunta era lo que necesitaba. Me tomé mi tiempo para meditar al respecto, y finalmente obtuve mis respuestas. Todo lo que quería era validación externa porque no era capaz de encontrarla internamente con todo el ruido que tenía dentro de mi mente. Creo que cuando juntamos dos prácticas intensas, abrumamos totalmente nuestras mentes hasta el agotamiento. No estoy diciendo que no podamos reconocer la forma en que nos comportamos y ser amables con nosotros mismos al mismo tiempo. El error, al menos en mi caso, fue juzgarme por dejarme controlar por el ego y tratar de ser amable mientras estaba bajo mi propio ataque.
Lo que aprendí de todo el lío fue hacer una pausa por un momento y hacer el esfuerzo de encontrar de qué manera cualquiera de las prácticas me serviría mejor. No voy a mentir y decirte que deje de juzgarme a mi misma por arte de magia. En cambio, lo que estoy haciendo ahora es reconocer cuando estoy en modo de auto-juicio y me permito sentir esa emoción. Descubrí que si trato de ser amable en ese mismo momento, todo lo que hago es suprimir una emoción que aparecera más tarde de todos modos. No estoy diciendo que dejare que el ataque tome el control total; Simplemente me dejo verlo desde afuera sin la intención de reaccionar. Lo que me ayuda mucho es ver pasar estas emociones como las nubes en el cielo.
Sé que queremos probar tantas cosas al mismo tiempo, ya que tenemos la impresión de que cuanto más hacemos, más rápido nos recuperamos. Pero puedo decirles por mi experiencia que debemos tomar la superación de situaciones difíciles y convertirnos en una mejor versión de nosotros mismos un paso (o método) a la vez. De esa manera podras ver y sentir completamente cómo cada técnica en particular te puede afectar o ayudar. Entonces luego puedes empezar a mezclarlos. Después de probarlos uno por uno, serás capaz de reconocer qué enfoques son buenos para mezclar y cuáles son mejores para aplicar solos.
Es genial que tengamos un acceso tan abierto a la autoayuda! Sin embargo, tenemos que tomarlo con calma, trabajar con inteligencia y elegir los que mejor nos sirvan en cada momento.
Con amor,
Irene