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Si actualmente estás activo/a en las redes sociales, estoy bien segura que has leído una serie de publicaciones que hablan de controlar nuestras propias mentes y las posibilidades ilimitadas que se abrirán para nosotros una vez que dominemos esa pequeña tarea. (Y sí, deberías leer esas últimas palabras con un tono muy sarcástico.) Miles de personas hablan de este tema como si controlar nuestras mentes fuera tan fácil como beber agua. Tal vez lo es para ellos, pero para el resto de nosotros seria tan fácil como beber agua en medio de un desierto mientras estás atrapado/a en una jaula con las manos y los pies atados!
He leído muchos buenos libros que cuentan las historias de la vida real de personas que han dominado totalmente el control mental. Son increíblemente exitosos, y sus vidas parecen nada menos que pura grandeza. Creo que leer o escuchar historias como esa nos empuja a empezar a pensar “¿sería posible para mí?” Y por supuesto, esas personas enormemente exitosas pasaron por algún tipo de lucha o adversidades antes de dominar el éxito, y eso nos hace sentir aún más curiosos y abiertos a la posibilidad que nosotros también podemos dominar nuestras mentes.
He estado trabajando mucho para convencerme que el autocontrol mental es realmente posible. Sin embargo, simplemente convencerme que es una posibilidad requiere mucha dedicación porque nuestras mentes no se detienen … ¡Nunca! Nunca dejamos de pensar, ni siquiera mientras descansamos, porque incluso cuando nos vamos a dormir empezamos a soñar. ¿¿Qué?? Entonces, ¿cómo podemos controlar algo que simplemente no se detiene? ¿Por qué no es tan fácil como decir algo como, “Ok, mentecita, estás bajo mi control ahora” y luego, ¡bum! ? Tenemos el control total. Pero la realidad es que tan pronto como decimos, ‘estoy en control’ nuestras mentes comienzan a reírse de nosotros a carcajadas, y dos segundos después nos vemos pensando o haciendo algo que no queríamos pensar o hacer.
Quiero compartir mi propia experiencia, y por favor tengan en cuenta que mi mente va a 100,000 kilómetros por segundo. Me considero una pensadora en exceso. Puedo pasar de un pequeño pensamiento a una novela de 500 páginas en un nanosegundo. Creo que si en promedio los seres humanos piensan más de 6.000 pensamientos al día mi mente puede hacer fácilmente 18.000. Y eso sería en circunstancias normales, porque si alguien iniciara una competencia para ver quién piensa el mayor volumen de pensamientos, entraría en modo competitivo y ganaría el primer lugar. Espero que a estas alturas tengas una buena idea de lo ocupada e incontrolable que puede ser mi mente.
Hay muchas maneras de practicar el control mental. Las técnicas que se utilizan dependen de lo que queremos controlar. Por ejemplo, si queremos controlar nuestras mentes para que deje de empujarnos a comer alimentos poco saludables, entonces empezaríamos por trabajar en la disciplina bien estricta para obligarnos a tomar mejores decisiones hasta que esas decisiones se conviertan en hábitos.
Permítanme hablarles de mi propio ejemplo. Mi jornada de alimentación saludable comenzó cuando estaba buscando desesperadamente un bebé. Quería hacer todo lo posible para ayudarme a quedar embarazada. Cuando empecé a leer sobre qué comer (o qué no comer) para quedar embarazada más rápido, lo primero que cada libro que leí sugería era dejar de comer azúcares procesados. Bueno, yo era una amante perdida de los dulces. No fue fácil, pero estaba tan concentrada en mi objetivo de quedar embarazada que literalmente fui de 10 a 0 en la escala de consumo de dulces (esto fue progresivo, pero lo logre). En ese caso, dominé el control mental centrándome completamente en mi objetivo. Fue una disciplina tan fuerte que se convirtió en un hábito, y a pesar que ya no estoy en la cacería de bebés, no como dulces.
Mi otro gran ejemplo de dominio mental ocurrió hoy. Empecé a practicar yoga hace unos años, pero tengo que confesar que no empecé por los increíbles beneficios para la salud que tiene. Lo hice porque mi mente supercompetitiva quería dominar la parada de cabeza. Fui a clases de yoga durante tres meses, y luego seguí haciéndolo de vez en cuando viendo videos de YouTube en casa. No estoy segura de cuántas veces intenté hacer la parada de cabeza. Todo lo que sé es que me caí y me lastimé muchas más veces de lo que hubiese querido. A pesar que seguí intentándolo, nunca sucedió. Puse ese deseo a un lado cuando empecé a hacer ejercicios mas fuerte en el gimnasio. Igualmente hacia yoga una vez a la semana, pero ya no estaba intentando hacer la parada.
Mi plan de entrenamiento cambia cada mes, y el mas reciente tenia la parada de cabeza como uno de mis desafíos. Yo estaba feliz y con miedo al mismo tiempo, feliz porque me encanta desafiarme a mí misma, pero temerosa de decepcionarme de nuevo. La primera vez que intenté hacerlo, por supuesto que me caí. Estaba muy frustrada. En realidad, todo mi entrenamiento ese día fue horrible porque mi mente estaba completamente fuera de control. Cuando me senté a meditar al día siguiente, me di cuenta de lo que estaba sucediendo. Necesitaba concentrarme y tomar el control de mi mente. Me di cuenta que la única manera de dominar la parada de cabeza era teniendo la cabeza ligera. Y cuando digo ‘cabeza ligera’, quiero decir que mi mente tenía que estar totalmente bajo mi control para así poder exigirle a mi cuerpo que mantuviera el equilibrio. Después de 20 días de práctica continua, ¡finalmente pude dominar la parada de cabezal hoy! 🙂 🙂
La única diferencia entre hoy y hace unos años es que poco a poco he aprendido a controlar mi mente. Puedo decirte que eso no pasa de la noche a la mañana. La forma en que ha estado funcionando para mí es enfocándome en una cosa a la vez. En el momento en que me di cuenta de que había dominado totalmente la forma en que me alimento, empecé a jugar con otros aspectos de mi mente que quería controlar. Por favor, ten claro que tu mente no dejará de ir a 100.000 kilómetros por segundo. El control mental no se trata de eliminar o borrar tus pensamientos. El control mental significa que serás capaz de notar lo que estás pensando para que puedas redireccionar esos pensamientos si no te están sirviendo.
¡Controla tu mente, y podrás conquistar TODO lo que quieras en la vida!
Con amor,
Irene.