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Si has estado leyendo este blog por un tiempo, es posible que estés familiarizado con el hecho de que me encantan algunas palabras y hay otras que simplemente no me gustan. “Casi” es una de las palabras en mi lista de las que no me gustan. Y lo que no me gusta de esa palabra es la limitación mental que la rodea. Para estar claros, estoy hablando de usar la palabra “casi” en referencia a resultados positivos.
Déjame explicarte. Si estoy hablando de algo negativo, digamos que salí de mi oficina y bajando las escaleras casi me caigo. En ese escenario, no siento nada acerca de la palabra ‘casi’. O, si estoy conduciendo y el auto que tengo delante se detiene de repente, y casi lo golpeo; en ese caso, la palabra ‘casi’ es completamente neutral para mí. Dado que la palabra significa “muy cerca, pero no exactamente o por completo”, realmente no me gusta cuando se usa para reportar el estado final de una tarea u objetivo.
Por ejemplo, no me gusta decir: “Casi terminé mi entrenamiento” o “Casi terminé ese libro”. ¿Has escuchado la famosa frase, “No te quedes a medias con nada”? Bueno, eso describe perfectamente la razón por la que no me gusta la palabra ‘casi’. Casi (cuando se usa para describir el resultado final de algo), significa que hemos hecho la tarea a medias. Teníamos la intención de hacerlo, pero no lo completamos. ¿Te imaginas invertir tiempo en leer un libro, llegar a más de la mitad y luego decir: “Eso es todo. Ya no lo voy a leer mas. Pero está bien, CASI lo terminé”. ¿¿Qué?? ¿Por qué vamos a hacer algo a medias cuando somos perfectamente capaces de completarlo al 100%?
A menos que suceda algo extraordinario que esté totalmente fuera de mi control, no tengo áreas grises para usar la palabra ‘casi’. En cuanto a terminar lo que empecé, tengo una mentalidad blanca o negra. O completo algo o no lo hago, pero nunca uso la excusa de “casi” como si fuera una medalla de honor por “al menos intentarlo”. ¡Lo sé, lo sé! Puede sonar un poco extremo, pero supongo que todos tenemos puntos de vista en blanco y negro para algunas situaciones, y este es uno de los míos.
Mi meditación matutina de hoy me hizo darme cuenta de lo importante que es para mí dar el 100% a todo lo que hago. Mencioné esto hace algunas semanas, pero estoy usando una aplicación muy buena de meditación llamada Mindfulness donde suben una nueva sesión de meditación guiada todos los días. Estaba chequeando la aplicación y encontré una llamada “98% es difícil. 100% es fácil”. En esta meditación, Cory Muscara explica cómo cuando damos solo el 98% de nuestro esfuerzo a algo, se siente duro e incómodo, pero cómo todo cambia cuando nos comprometemos completamente y le damos nuestro 100% de esfuerzo. Suena tonto y tal vez loco, pero ese 2% hace una gran diferencia. Digamos simplemente que ese 2% nos hace deshacernos de la palabra ‘casi’. 🙂
En mi humilde opinión, hacer algo sin darle todo nuestro esfuerzo no tiene honor. Siento que comprometerme plenamente con todo lo que hago es la mejor manera de mostrarme respeto a mí misma. Hacerlo demuestra que confío en mis capacidades. Siempre utilizo este ejemplo cuando hablo con mi equipo en el trabajo: “Imagina que estás corriendo un maratón, y dos minutos antes de llegar a la línea de meta, decides parar porque sientes que ya hiciste lo suficiente. Estabas ‘casi’ allí. ¿Cómo te sentirías cuando te des cuenta que la línea de meta estaba a solo dos minutos de distancia?” Esa sería una sensación horrible, ¡al menos para mí! ¿Por qué me detendría si supiera que tenía la capacidad de llegar allí?
Es cierto que crecemos y aprendemos a través del proceso de completar una meta, y también es cierto que la gloria no se esconde detrás de la línea de meta, sino que se extiende a lo largo del proceso. Sin embargo, creo firmemente que la única manera de sentir esa gloria es dando nuestro 100% desde el principio. Cuando comienzas a hacer algo y sabes que no estás completamente comprometido con ello, el proceso se vuelve doloroso, incómodo y difícil. Pero tan pronto como cambias tu mentalidad y le das todo tu esfuerzo, exactamente lo mismo que fue doloroso y difícil se vuelve más fácil y más agradable. Tienes la capacidad de cambiar la forma en que te sientes simplemente haciendo un poco de esfuerzo extra.
Todos sabemos que cuando estamos dando todo tenemos que llegar a la línea de meta (lo que sea que ‘línea de meta’ signifique para ti). Todos sabemos lo que se siente al dar el 100% y cómo se siente dar el 98%. Entonces, ¿por qué daríamos solo el 98% cuando sabemos que somos capaces de dar un 2% más? Si perdiera una batalla sabiendo que di lo mejor de mí y más, nunca sentiría que la perdí por completo. Pero si perdiera una batalla sabiendo que solo use el 98% de mi esfuerzo, me sentiría derrotada, no por la batalla, sino por mí misma … y ese es un sentimiento que elijo no sentir.
“Casi” es igual a nada cuando tenemos más que ofrecer amigos míos. Debemos confiar en nuestras increíbles capacidades y usarlas al máximo en todo lo que nos comprometemos a hacer. ¡Dalo todo o vete a casa! Ya sea que quieras leer un libro por diversión o completar una maestría, pon tu mejor esfuerzo y comprometete completamente con ello. Te prometo que tus metas se sentirán mucho más fáciles cuando dediques tu alma por completo a lo que sea que estés haciendo.
Con amor,
Irene