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¡La vida es compleja, y eso es un hecho! Incluso cuando elijo vivir dentro de mi gran burbuja rosada y usar lentes de color rosa, soy completamente consciente que me encontraré con varios desafíos de vez en cuando, y caeré en algún momento. Entonces, si todos conocemos este hecho, ¿podemos encontrar una manera de prepararnos para esas inevitable caídas? Personalmente, creo que parte de la belleza de la vida es no saber lo que viene después. “Incertidumbre” es una palabra difícil de procesar para las personas que tenemos personalidades controladoras, pero en el fondo sabemos que es parte del trato cuando nos envían a este hermoso y desordenado viaje llamado vida.
Caer se convierte en parte de nuestras vidas desde que nacemos, y lo digo literalmente. Aprendemos a caminar cayendo, y como he mencionado antes, no tenemos miedo de caer cuando somos asi de pequeños. A medida que crecemos, caer se vuelve más complicado porque ya no son caidas físicas (bueno, la mayoría de las veces, mi tobillo rogaría diferir de esto ahora mismo). Pero bueno, por lo general como adultos experimentamos caídas más emocionales y mentales.
Ese tipo de caídas son mucho más difíciles de tratar porque necesitamos analizarlas más y superar heridas que ni siquiera sabíamos que existían. ¿Qué podría considerarse caída emocional o mental? Bueno, la respuesta más rápida a esa pregunta sería todo lo que nos derrumbam. Algunos ejemplos son la pérdida de un ser querido, separación, ser despido de un trabajo, el divorcio, enfermedades, inestabilidad financiera, cualquier tipo de frustración y todo lo demás que entre en estas categorias. Tantas cosas diferentes pueden acabar con nosotros emocional y mentalmente que caer se convierte simplemente en parte de nuestra naturaleza.
Y no estoy siendo negativa, por cierto. Esto es sólo la realidad. Ahora, ustedes puede que estén preguntándose, “¿Y cuál es la belleza de caer?” Levantarse y aprender de eso, por supuesto. De la misma manera que aprendemos a caminar levantándonos cada vez que nos caemos, aprendemos a andar en el viaje de la vida superando cada caída que experimentamos. En caso que no te hayas dado cuenta (y la mayoría de nosotros no lo hacemos), cada vez que te encuentras con un desafío que te derrumba, te vuelves más resistente y también adquieres experiencia para situaciones futuras.
Si has estado leyendo mis publicaciones, sabes cuánto me encanta compartir las lecciones de vida que tomo de mis rutinas y experiencias diarias. También sabes que tiendo a analizar profundamente algunos de los ejercicios más desafiantes que hago durante mis entrenamientos. Hoy no es una excepción. ¡Aquí voy!
He estado trabajando mucho en la parte superior del cuerpo últimamente ya que todavía me estoy recuperando de mi lesión de tobillo. La mayoría de las mujeres no prestan tanta atención a la parte superior de su cuerpo. De hecho, por lo general, cuando le preguntas a una entusiasta del gimnasio lo que más le gusta entrenar, ella dirá su parte inferior, más específicamente piernas y glúteos. Bueno como últimamente me he visto obligada a centrar mi atención en mi parte superior del cuerpo hay un ejercicio en particular que me llamó la atención; y es perfecto para un análisis relacionado con la vida. El ejercicio es una barra excéntrica. Este movimiento consiste básicamente en hacer la última parte de la barra (es decir la caída, o bajar) muy lentamente.
El reto es que controle mi cuerpo para no dejarme ir en caida libre hasta el final, y convencer a mi mente de aprender a caer de una manera controlada. Me pidieron que hiciera este movimiento aguantando al menos 30 segundos. Y déjame decirte, ¡no es fácil! Realmente tuve que luchar mucho contra mi mente. Las primeras veces que intenté hacerlo no pude sostenerlo ni 15 segundos. Sin embargo, sigo practicando hasta que poco a poco he ido aprendiendo a caer de una manera mas controlada. Ahora puedo sostenerlo por 38 segundos, y estoy practicando para poder hacerlo en un minuto.
Ahora, seguro te preguntas ,”¿Y cual la lección de vida aquí, Irene?” Es esta: no controlamos cuándo o cómo vamos a caer en la vida. Pero podemos hacernos mentalmente más fuertes con cada situación que encontramos para que la próxima vez que caigamos, sepamos qué hacer para controlar nuestra reacción y no permitir que nuestras mentes nos lleven inmediatamente hasta el fondo. Aprender a caer significa que nos volvemos capaces de fortalecernos mentalmente y reaccionar de una manera más estructurada. De esa manera, nuestras caídas se ven y se sienten mas hermosas, incluso cuando inevitablemente vamos al fondo.
Es verdad que no podemos evitar caernos en la vida por completo, pero definitivamente es posible que todos hagamos algo hermoso con cada caida y algo aún más bello cada vez que nos levantamos. Debemos seguir trabajando en nuestras mentes hasta llegar a ese punto increíble donde entendemos cómo funcionan. Una vez que sabemos cómo funcionan nuestras propias mentes, nos hacemos libres.
No podemos controlar lo que va a pasar, pero necesitamos aprender a controlar nuestras reacciones. Ser capaces de reaccionar conscientemente a las bolas rápidas y curvas que la vida nos lanza es la clave para obtener esa paz interior que siempre estamos buscando. ¡Sigamos aprendiendo a caer, amigos míos!
Con amor,
Irene